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Crisis del sistema educativo y el papel de quienes desean la transformación.

26 febrero, 2012

La educación es sin duda el arma más poderosa para el buen vivir de una sociedad, ya que a través de ésta, los individuos aprenden a tomar buenas decisiones gracias al aprendizaje obtenido, aprendizaje que permite obtener conocimientos, comprenderlos, analizarlos y juzgarlos, para después aplicarlos en la vida propia y llevarla de la mejor manera posible. En palabras de Augusto Salazar Bondy, “educar es aquella praxis que acondiciona un medio y provoca ciertos efectos psicobiológicos en un individuo o grupo de individuos, con la mira de preservar y fomentar el desarrollo de éste”.1

Desafortunadamente, hoy en día en nuestra sociedad, el sistema «educativo» ha dejado a un lado el objetivo de educar a los individuos para promover un desarrollo sustentable, a cambio de un adiestramiento, en el cual, se enseña a los individuos a funcionar de cierta manera, no para beneficiarse a sí mismo ni a la sociedad, sino para beneficio de quienes mueven los hilos en lo alto de la pirámide del capitalismo.

Ciertamente a través de la historia, la educación ha estado orientada hacia el beneficio de quienes la imparten, y como los que la imparten son los grupos de poder en turno, es siempre una educación que promueve el sometimiento de la sociedad a tal grupo de dominio. Por ejemplo, en La Edad Media, era la Iglesia quien tenía el poder e impartían educación, pero una educación religiosa que promovía la sumisión a la divinidad de la institución. En la modernidad, donde la educación es tarea del Estado, se impartió una educación para que los súbditos se sometieran a su madre patria. En la actualidad, el grupo dominante es sin duda el mercado, y es éste quién manda también en la educación, orientándola al desarrollo económico-mercantil.

Simplemente hay que ver que toda la educación actual está totalmente al servicio de la producción de mercancías materiales y nulo lugar para la producción de pensamientos, de ideas, de reflexión. Materias como la filosofía son hechas a un lado por el gran monstruo del neoliberalismo, ya que ésta no genera capital para el mercado, al contrario promueve un sentido crítico entre los individuos que puede poner en peligro la «estabilidad» del orden establecido. Es decir, mientras la educación que han impartido los distintos grupos dominantes está encaminada a la sumisión, adiestramiento, sometimiento de un modo completamente “adaptativo, [en donde lo ideal] es transmitir al educando valores, actitudes e ideas ya establecidas, procurando que éste las reciba y adopte tal como se le dan”, nos quitan al mismo tiempo las herramientas para revolucionar esta situación y conseguir que la humanidad viva libre y con dignidad.2

Es una manera de adiestrar de gran utilidad para quienes ostentan el poder, quienes hoy prefabrican al individuo para que sea un zombie consumista, para hacerlo comprar hasta la cosa más insignificante e inservible que se pueda inventar. Con su «adiestramiento», no sólo en la escuela, sino de manera intensiva a través de los «mass media»3, crean nuevas necesidades en los espectadores, pero necesidades falsas, “que intereses sociales particulares imponen al individuo para su represión: las necesidades que perpetúan el esfuerzo, la agresividad, la miseria y la injusticia. Su satisfacción puede ser de lo más grata para el individuo, pero esta felicidad no es una condición que deba ser mantenida y protegida si sirve para impedir el desarrollo de la capacidad de reconocer la enfermedad del todo y de aprovechar las posibilidades de curarla […] Estas necesidades tienen un contenido y una función sociales, determinadas por poderes externos sobre los que el individuo no tiene ningún control […] No importa hasta qué punto se hayan convertido en algo propio del individuo, reproducidas y fortificadas por las condiciones de su existencia; no importa que se identifique con ellas y se encuentre a sí mismo en su satisfacción. Siguen siendo los que fueron desde el principio; productos de una sociedad cuyos intereses dominantes requieren la represión”.4

Por lo que, nos educan para consumir, mentalizandonos de tal manera que creemos que necesitamos trabajar para poder comprar lo que nos venden, y entre más trabajamos, más podemos comprar y más reprimidos estamos, acrecentando su dominio. Nos educan también de manera tecnócrata y deshumanizada. Una educación egoísta y competitiva, en donde aprendemos que si no aplastamos al otro, él nos aplastará, y como nadie quieres ser aplastado, hacemos siempre lo posible por pasar por encima de los demás.

Es así como funciona el sistema. Éste nos controla totalmente, adiestrando de tal manera que vivamos en “la cotidianidad mundana”5, una cotidianidad tan simple, tan banal en la que pasamos por el mundo desapercibidos, pero sin percibir también, olvidándonos del otro, olvidándonos de nuestro contexto. Vivimos de manera mecánica porque no somos capaces de reflexionar nuestro entorno, sino que simplemente pasamos por él en el día a día para funcionar sólo como nos han enseñado que debemos funcionar. Jamás nos detenemos a pensar en lo que hacemos, simplemente lo hacemos porque no tenemos tiempo para pensarlo, el tiempo debemos emplearlo en producir lo que nuestro sistema nos exige. En el momento en que alguien se sale de la cotidianidad, éste es conscientizado, es visto por los demás, es reconocido, pero es un reconocimiento negativo generalmente. Negativo porque quien se sale de la cotidianidad, quien se separa del camino en el que van las mayorías, altera el orden, es decir, hace el desorden, por lo que es mal visto, tachado, señalado y reprimido por los demás. Tal represión es una herramienta más del sistema opresor, el cuál utiliza a las masas alienadas por él mismo, para coartar a la oveja que se sale del rebaño.

Por todo esto es que debe haber un cambio radical en el sistema educativo. Debemos promover una “educación suscitatadora [como la propuesta por Bondy]. Justamente los factores de creación y novedad son los que definen el quehacer pedagógico que hemos llamado suscitador […] Lo predominante […] es la actividad del poder creador del sujeto, de aquello que hay de más original y libre en su ser personal […] Se busca que el alumno asuma ideas nacidas de la propia reflexión en comercio con el mundo y valores elegidos por decisión de su yo más auténtico y no por transferencia de patrones habituales sin resonancia vivencial ni autoridad sobre la conciencia más vigilante. No se enseñará pues inculcando ideas, valores y conductas ya configurados, sino en cualquier caso sirviéndose de ellos para preparar, vigorizar y ejercitar la capacidad de concebir ideas, inventar valores y adoptar nuevas formas de conducta.”6

Desafortunadamente, los grupos de poder nunca permitirán que tal tipo de educación se ponga en práctica, pues es un peligro para la seguridad de sus intereses personales, es por eso que continuamente están reformando la educación, quitando de las escuelas las pocas materias que permiten la formación del pensamiento crítico.

Eso no significa que sea un caso perdido. Y es precisamente tarea de quienes nos damos cuenta de este mal funcionamiento promover ese cambio liberador. Es nuestra responsabilidad como seres humanos críticos y éticos fomentar la transformación del orden establecido, que cambie a las personas para que dejen de funcionar como robots programados y comiencen a liberar su pensamiento y a funcionar como humanos conscientes.

El paso por el mundo de un hombre como apunta Freire, “no es algo predeterminado, preestablecido. Que mi destino no es un dato sino algo que necesita ser hecho y de cuya responsabilidad no puedo escapar. Me gusta ser persona porque la historia en que me hago con los otros y de cuya hechura participo es un tiempo de posibilidades y no de determinismo. Eso explica que insista tanto en la problematización del futuro y que rechace su inexorabilidad.”7 Es decir, cada uno de nosotros pasamos por el mundo haciendo historia, participando de él, y todo lo que hacemos y dejamos de hacer contribuye para todo cambio o estabilidad del mismo. El conjunto de relaciones en que participamos en el mundo nos conecta con todo y con todos, y aunque podemos pasar desapercibidos en la cotidianidad mundana, no podemos pasar sin participar de ella, pues participamos todo el tiempo, no siendo “sólo un objeto, sino también un sujeto de la historia.”8 Con cada acción que realizamos contribuimos a que algo cambie o a que algo siga igual, y siendo conscientes de nuestra situación contextual, es nuestra responsabilidad cada consecuencia de nuestro paso por el mundo. Siendo nuestra responsabilidad, es nuestro deber conducirnos para bien, con ética, ayudando a hacer un mejor mundo para vivir. Esta responsabilidad, es causa de nuestra “consciencia del inacabamiento”.9 Es decir, está consciencia de que al pasar por el mundo, participamos en él y lo modificamos, la cual fue también razón de que el hombre se hizo educable, ya que, al ser consciente de que cada una de sus acciones tendrá consecuencias, ya sean buenas o malas, necesariamente el hombre tuvo que buscar una manera de guiar sus decisiones para que generalmente las consecuencias sean positivas.

Entonces, no podemos ser pesimistas respecto a la transformación. Es nuestro deber hacer todo esfuerzo para conseguir un cambio radical en nuestra sociedad, cambio que sin duda lleva por delante una buena educación para las masas. Pero no podemos confiar más en el sistema dominante, pues a lo largo de siglos, como ya explique, aunque cambie el grupo que está en el poder, desde ahí la educación estará siempre orientada para mantener la hegemonía de quienes mueven los hilos. Ciertamente no podemos derribar este sistema de un solo tajo, pero podemos ir creando pequeñas infecciones al cuerpo político, infecciones que después puedan convertirse en cáncer, y luego en muerte de tal cuerpo. Las instituciones estatales no son la única manera de educarse (son sólo la única manera de tener un papel que te acredita). Hay maneras libres y autónomas de estar educado, y nos corresponde precisamente a los que somos conscientes del inacabamiento enseñar a la sociedad estas formas, formas autogestivas, independientes, libres, donde se fomente la educación suscitadora de Bondy.

Pero esto no se consigue sólo hablando, haciendo ensayos o escribiendo artículos, hay que actuar. Las personas que nos rodean, no estarán de acuerdo a escucharnos más si cuando les decimos que hay que ser críticos, éticos y justos en la realidad nosotros actuamos como borreguitos que no se salen de «los paradigmas aceptados» que fomentan la injusticia y la explotación. Es imposible abrirle los ojos al mundo cuando no comenzamos por demostrar que nosotros ya los hemos abierto. Hay que tomar la iniciativa, siempre existe la posibilidad de formar talleres de lectura de manera autogestiva, de hacer debates, de comentar experiencias. Pero no es la única manera de educar, también existe siempre la posibilidad de ayudar a las personas con sus problemas, sin esperar nada a cambio. Enseñar que la solidaridad es esencial, que cuando nos ayudamos unos con otros tenemos más posibilidades de bien vivir, y la solidaridad se enseña, siendo solidarios.

Cuando uno se solidariza con las personas, cuando se les ayuda con sus problemas, estas personas te reconocen como sujeto (y volvemos a la cotidianidad mundana y reconocimiento del otro), se dan cuenta que salirse de la cotidianidad no siempre es desagradable, porque te han visto salirte para brindarles tu ayuda y después, muchos están dispuestos a escucharte y esa es la oportunidad para ayudarles a conscientizarse.

Siendo que, desde la perspectiva reaccionaria nunca tendremos una educación que nos enseñe a conscientizarnos, a analizar nuestro entorno, a politizarnos, debemos hacerlo por nuestra cuenta. “Es una tarea que los educadores y las educadoras progresistas deben cumplir, dentro y fuera de las escuelas. Es una tarea que debe ser realizada por organizaciones no gubernamentales”10. Ciertamente ser educador en una institución ofrece una ventaja, que es la de tener a disponibilidad la atención de un grupo predispuesto a prestar atención y a aprender, lo importante es, como educador, no dejarse simplemente absorber por el sistema.

Pero además hay que trabajar también fuera de las aulas, seamos o no profesores. Si en las escuelas ofrecen solamente educación técnica, apolítica y neutra ante la realidad, es nuestro deber como personas éticas politizar a las personas que nos rodean diariamente, hacerles ver que no podemos pasar por la vida con una postura neutra ante las injusticias, ante la miseria, ante las guerras, como humanos deshumanizados, hay que despertar al pueblo. Eso es parte fundamental de una buena educación, cuando se aprende a ser políticamente activos y críticos, es cuando pasamos de estar adiestrados a estar educados, a ser humanos y no máquinas programadas, y entonces podemos aplicar nuestros conocimientos técnicos o científicos de una manera justa, ética y humana.

Pero no sólo se enseña con palabras, como ya mencioné, no es suficiente escribir o hablar, hay que actuar. Citando nuevamente a Freire, “El mejor discurso sobre él es el ejercicio de su práctica”11, “las cualidades o virtudes son construidas por nosotros al imponernos el esfuerzo de disminuir la distancia que existe entre lo que decimos y lo que hacemos. Este esfuerzo, el de disminuir la distancia que hay entre el discurso y la práctica, es ya una de esas virtudes indispensables -la de la coherencia”12.

El mundo se está cayendo a grandes pedazos, y es por eso que no podemos permitir que que tal situación continúe. Los grupos de poder no nos van a dejar el camino libre para destruirles su paraíso, por lo que hay que derribar sus defensas sea como sea. No podemos resignarnos, la utopía de un mundo más justo e igualitario no es imposible. Qué importa que nos llamen «ilusos y utopistas», si como lo dijo ya Flores Magón, “es a los ilusos y a los utopistas de todos los tiempos a quienes debe su progreso la humanidad. Lo que se llama civilización ¿qué es sino el resultado del esfuerzo de los utopistas?”13.

Quedarnos de brazos cruzados, esperando a que tal vez algún día llegue un mesías salvador por la vial legar o electoral, y que éste reformará la educación, es un farsante discurso más de la reacción. Decir al pueblo que espere pacientemente a que las cosas cambien de esa manera es una ofensa, porque es lo mismo que decirles que no luchen por la justicia para que dejemos de ser tratados como mercancía. Obviamente el gobierno nunca nos va a decir en sus escuelas que luchemos contra él, nunca se va a reconocer públicamente como enemigo de sus súbditos. El discurso de siempre, y es como nos educan es el de ser pacientes, pasivos, conformistas. Y que si no estamos conformes con lo que tenemos, si no nos gusta el régimen, que esperemos las elecciones para cambiarlo, porque es la única manera. ¡Claro que no! Esa es la única manera pero de preservar más de lo mismo, un sistema totalmente hipócrita que no quiere perder su poder.

Por eso debemos empezar a educarnos desde abajo, por nuestra cuenta, apoyándonos con la gente que nos rodea y creciendo cada día junto a ellos, enseñándoles y aprendiéndoles. Eso es a lo que me refería al decir que hay que crear pequeñas infecciones al cuerpo político. Cuando se creen muchas, el cuerpo estará débil y será fácil de derribar, y el que emergerá estará educado, por lo que no permitirá que uno como el anterior se imponga.

1Educación y Filosofía, Perú, Fondo Editorial, 1995, p. 15.

2Ibídem, pp. 17-18.

3Medios de comunicación masivos o de masas (término también muy utilizado directamente en Inglés: mass media) son los medios de comunicación recibidos simultáneamente por una gran audiencia, equivalente al concepto sociológico de masas o al concepto comunicativo de público.

4Herbert Marcuse, El hombre unidimensional, España, Planeta-De Agostini, 1993, p. 35.

5Enrique Dussel, Introducción a una filosofía de la liberación latinoamericana, México, Editorial Extemporáneos, 1977, p. 86.

6Augusto Salazar Bondy, ob. cit., nota 1, pp. 18-19.

7Paulo Freire, Pedagogía de la autonomía, Brazil, Siglo XXI, 1996, p. 52.

8Ibídem, pp. 53.

9Ibídem, p. 55.

10Ibídem, p. 96.

11Ibídem, p. 92.

12Ibídem, pp. 63-64.

13Ricardo Flores Magón, La revolución mexicana, México, Editores mexicanos unidos, 2001, pp. 15-16.

Software libre en México, Reflexiones y oportunidades. R. Stallman en el senado de de la República.

8 junio, 2011

RIUS en el Instituto Tecnológico de Zacatepec

20 febrero, 2011

El próximo día 16 de marzo, la academia de Ciencias Económico-administrativas, a iniciativa del compañero HUGO CARBAJAL AGUILAR, Jefe de Proyectos de Extensión, invita a toda la comunidad a la plática que dará RIUS, a las 12:00 en el Instituto Tecnológico de Zacatepec.

Debido a la relevancia del invitado, deseamos saber si reservamos una sala o el auditorio según la cantidad de asistentes. Por eso enviamos este correo a todo el mundo para que nos hagan favor de decir si van a asistir al evento y contarlos a todos.

Se impondrá una sola regla en el evento: quienes entremos a la conferencia NO PODREMOS SALIRNOS DE ELLA, SINO HASTA QUE RIUS TERMINE.

Invitamos a todos a participar.

Entrada libre.

Ya está confirmado: Las conferencias serán en la sala de conferencias, sólo en caso de no haber cupo suficiente, se trasladará al auditorio de la institución.

M.A.R.H. ROBERTO YÁÑEZ HERNÁNDEZ

Presidente de la Academia de

Ciencias Económico-administrativas

Instituto Tecnológico de Zacatepec

La SEP y la eliminación de las humanidades

24 diciembre, 2010
Entre septiembre y octubre de 2008, la SEP inició una Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS), a través de dos acuerdos (442 y 444) publicados en el Diario Oficial de la Federación. Esta reforma, dictada y orientada por la OCDE e inspirada en el Plan de Bolonia, tiene una gran trascendencia porque afecta a millones de estudiantes. Se trata de un paso más en la estrategia neoliberal puesta en marcha en el país desde 1982 y proseguida por todo y a pesar de todo por los gobiernos priístas y panistas. Algunas de sus características son: ubicar a todos los subsistemas de educación media superior (Colegio de Bachilleres, Conalep, Cecyt, las preparatorias de las universidades con excepción de la UNAM) en un Sistema Nacional de Bachillerato (SNB) controlado por el gobierno; poner en práctica una reforma educativa tecnocrática y eficientista basada en el método de competencias y eliminar, en lo posible, la función propedéutica que tenía la preparatoria para convertirla prácticamente en el último grado de educación de los mexicanos. Para este fin, los artífices de la RIEMS fijaron un marco curricular común para todos los subsistemas que estaba inicialmente formado por cuatro áreas disciplinares: matemáticas, ciencias experimentales, ciencias sociales (donde se ubicó la historia) y comunicación (donde se colocó la literatura). En otras palabras, la reforma ya no contemplaría ni el área de humanidades ni las asignaturas filosóficas como obligatorias.

¿Cuáles eran las razones? La SEP nunca las ha explicado pero no hace falta mucha perspicacia para descubrirlas: se trata de un proyecto de instrucción para el mercado de trabajo. Ante ello, desde un primer momento, las asociaciones de filosofía del país, organizadas en el Observatorio Filosófico de México (OFM), denunciaron, con el apoyo de la comunidad científica y cultural del país, el enorme desatino que implicaba la supresión de las disciplinas mencionadas para la educación. Afortunadamente, diversos factores hicieron que las autoridades educativas se retractaran y llegaran a un acuerdo (el 488) con el OFM, avalado por las autoridades educativas de todo el país y que se publicara en el Diario Oficial el 23 de junio de 2009 restableciendo el área de humanidades y considerando la lógica, la ética, la estética y la introducción a la filosofía como disciplinas obligatorias. Ese mes se celebró en Santo Domingo la Reunión de alto nivel sobre la enseñanza de la filosofía en la educación media superior convocada por la UNESCO y allí descubrimos que en otros países de Latinoamérica, desde hace unos años, se había suprimido la enseñanza de la filosofía; se había cambiado de nombre a los cursos y se había declarado que su función era transversal con los resultados de la eliminación de la disciplina. En esa oportunidad se redactó un importante documento (que se puede consultar en www.ofmx.com.mx) rechazando esa tendencia tecnocrática y antihumanística. Pasaron los meses y la SEP no movía un solo dedo para cumplir el acuerdo y, por tanto, el 5 de febrero de 2010 hicimos entrega tanto al titular de la SEP, Alonso Lujambio, como al subsecretario de Educación Media Superior, Miguel Ángel Martínez, de una carta firmada por un centenar de profesores e investigadores; representantes de todas las escuelas y facultades de filosofía del país y avalada por la Federación Mundial de Sociedades de Filosofía (FISP) donde se demandaba el cumplimiento de las disposiciones del acuerdo 488. La respuesta verbal (que está grabada) que dio el subsecretario a una comisión del observatorio fue negativa. En otras palabras, la SEP se retractaba de sus propios acuerdos y la mayor prueba es que hasta el momento, pasados 10 meses de la publicación del acuerdo 488, los funcionarios de la secretaría no han ofrecido una respuesta por escrito a nuestro documento ni se han interesado en promover los cambios de los planes y programas de estudio en los subsistemas. Frente a ello, hay que felicitar al Consejo Universitario de la UNAM por su excelente, preciso y contundente comunicado del 7 de abril, conminando a la SEP para que cumpla con el acuerdo 488.

¿Por qué la SEP se opone a las humanidades y la filosofía? A mi juicio, los autores de la reforma creen, en forma equivocada, que la formación técnica y competente está reñida con una buena formación filosófica y ya no se diga humanística. Se trata de un inmenso error. En las condiciones en que se encuentra el país, que afectan especialmente a la juventud, ¿no debería de ofrecerse un curso de ética bien formulado, no doctrinal y laico, donde se aborden los temas como el de las drogas, el narcotráfico, el aborto, la clonación, la muerte asistida, la enajenación, la desigualdad o la crisis de valores?; ¿el estudiante no debería saber cuáles son las concepciones filosóficas que han conformado a nuestra sociedad desde el pensamiento prehispánico hasta la actualidad?; ¿no debería tener elementos para conformar un pensamiento propio y correctamente formulado? ¿Y no debería ser consciente de la dimensión estética que se expresa en el arte o la literatura? Y en el caso de la técnica, ¿no debería saber qué es la técnica; cuál es su función en la sociedad y cuáles son sus formas de utilización beneficiosas o perjudiciales para la naturaleza y la especie humana? La respuesta de las autoridades ha sido y es la supresión de estas dimensiones en la formación del estudiante para que sólo se preocupe de cómo integrarse en forma acrítica, alienada y mecánica a las formas de trabajo exigidas por la globocolonización. Pero además de negarse en los hechos a incorporar las humanidades han recurrido a la simulación colocando cursos como los de construcción de la ciudadanía que, por el contrario, no deberían ser exclusivamente filosóficos sino interdisciplinarios.

Para documentarse, los tecnócratas de aquí y de allá, deberían leer el libro de la UNESCO La filosofía, escuela de la libertad, donde se expone que la materia debería ser enseñada en todos los niveles para conformar una auténtica ciudadanía democrática. Agregaría que la filosofía bien enseñada (ojo, autoridades de la SEP) permite la conformación de una mente libre, creativa, dispuesta a debatir y dialogar racionalmente sobre los grandes problemas sociales y que coadyuva a que los individuos puedan desempeñar en forma competente cualquier actividad. La filosofía y las humanidades proporcionan a los individuos armas culturales, históricas y lingüísticas para poder enfrentar un mundo extraordinariamente conflictivo como el actual. Es por ello que la SEP está obligada a cumplir ética y jurídicamente sus propios acuerdos.

* Coordinador del Observatorio Filosófico de México y profesor-investigador de la UAM-I.

Fuente:http://www.jornada.unam.mx/2010/06/29/index.php?section=politica&article=022a2pol

Aquí se puede aportar una firma de apoyo: http://ofmx.com.mx/firmas.html

¿Por qué es importante la filosofía?

Los despreciados filósofos en el mundo antiguo, pero todavía en el mundo actual

17 diciembre, 2010

Los filósofos, amantes de la sabiduría y de la verdad, han sido desde su aparición en la Grecia clásica, despreciados, y en ocasiones hasta condenados por el hecho de ejercer una profesión de “locos”. Se han encargado desde su aparición de asuntos relacionados con las grandes preguntas de la humanidad. En sus inicios, la principal preocupación de los filósofos fue, explicar racionalmente el mundo, su formación y su conformación.

El primer filósofo fue Tales de Mileto (639 – 547 a.C.), y desde este primer hombre dedicado a la filosofía, el menosprecio hacia ellos ha sido evidente. Así lo cuentan algunas anécdotas: «se dice que una aguda y graciosa esclava tracia se burló de Tales, porque, mientras observaba las estrellas y miraba hacia arriba se cayó en un pozo; ávido por observar las cosas del cielo, le pasaban desapercibidas las que estaban detrás de él y delante de sus pies»1.

Y otra más dice que «cuando, por su pobreza, le reprochaban que la filosofía era inútil, tras haber observado por el estudio de los astros que iba a haber una gran producción de olivas, se procuró un pequeño capital, cuando aún era invierno, y que depositó fianzas por todas las presas de aceite de Mileto y Quíos, alquilándolas a bajo precio porque nadie licitó contra él. Cuando llegó el momento oportuno, al ser muchos los que a la vez y de repente las pedían, las iba alquilando al precio que quería y reunió mucho dinero, demostrando así que es fácil a los filósofos enriquecerse, si quieren, pero que no son las riquezas lo que les interesan»2.

Con estas anécdotas, podemos darnos cuenta de que primeramente los filósofos eran mal vistos porque en vez de estar atentos a las cosas que sucedían en la tierra, se preocupaban más por cómo o por qué sucedían tales cosas. Lo cual, para las personas normales, era una actividad improductiva y que además, al no estar atentos al mundo terrestre estaban más expuestos a pasar malos ratos por pasar desapercibidos de lo que había alrededor.

Con el paso del tiempo, la filosofía evolucionó y los filósofos comenzaron a hacerse otro tipo de preguntas. Surgieron nuevas dudas y campos de estudio de interés para la filosofía más relacionados con la humanidad que con la conformación del mundo. Temas relacionados con la justicia y el bien fueron las principales preocupaciones de los filósofos de la época socrática, de la cuál Sócrates (470 – 399 a. C.) fue el mayor exponente, y de quien tenemos albergado la mayor parte de su conocimiento en los diálogos platónicos.

Sócrates fue uno de esos filósofos condenados a muerte por las leyes atenienses. Sócrates fue un filósofo que utilizaba la dialéctica3 para tratar de conocer, de llegar a la sabiduría, a la verdad. Él acostumbraba ir en busca de los sabios de la polis4 para entablar conversaciones. Ponía en práctica el diálogo con políticos, sofistas, artesanos y con todo aquel considerado virtuoso o sabio en la polis ateniense.

Él fue acusado y le hacen «culpable, por corromper a los jóvenes, porque no cree en los dioses del Estado, y porque en lugar de éstos pone divinidades nuevas bajo el nombre de demonios»5. En realidad, Sócrates fue acusado porque a lo largo de sus entrevistas con los supuestos sabios de la polis, fue demostrándoles que en realidad no eran sabios y que su supuesta sabiduría era sólo doxa6. Así, haciéndoles ver que no eran sabios, demostrándoles sus equivocaciones fue haciéndolos de él, enemigos, fue creando rencor hacia él.

Sócrates fue pues un verdadero parresiastés. Y Es de hecho así como deben serlo todos los filósofos si lo que buscan y aman es la verdad y la sabiduría. «El parresiastés no sólo es sincero y dice lo que es su opinión, sino que su opinión es también la verdad. Dice lo que él sabe que es verdadero. La segunda característica de la parresía7 es, entonces, que hay siempre una coincidencia exacta entre creencia y verdad»8, así como la hay entre teoría y praxis9.

Según Michel Foucault, en su libro Discurso y verdad en la antigua Grecia, «alguien utiliza la parresía y merece consideración como parresiastés sólo si hay un riesgo o un peligro para él en decir la verdad (…) Cuando un filósofo se dirige a un soberano, a un tirano, y le dice que su tiranía es molesta y desagradable porque la tiranía es incompatible con la justicia, entonces el filósofo dice la verdad, cree que está diciendo la verdad y, más aún, también asume el riesgo»10.

Sócrates asumió el riesgo de generarse enemigos, y no simples enemigos, sino aquellos que eran los sabios y educadores de la polis, principalmente los sofistas, quienes bien sabía que podrían condenarlo. El parresiastés debe siempre decir la verdad, sin importar que esa verdad pueda resultar una ofensa para el interlocutor. Y aunque Sócrates sabía que sacar de la opinión a sus interlocutores era algo benéfico para ellos, ellos persuadidos por el coraje y enojo que les causaba Sócrates al desocultar su ignorancia, llegaron a odiarlo.

Los sofistas, en la antigua Grecia al parecer fueron los principales opositores de los filósofos. ¿quienes eran los sofistas? Eran los educadores del pueblo, el sofista «es el conocedor de las cosas sabias»11. Sin embargo, los filósofos como Sócrates se contraponen a los sofistas y su método, la retórica, como un método que persuade al pueblo. El mismo Georgias así lo afirma en el diálogo que lleva su nombre hablando así de la retórica: «(…) es el mayor bien; y les procura la libertad y, a la vez permite a cada uno dominar a los demás en su propia ciudad. (…) Ser capaz de persuadir, por medio de la palabra, a los jueces en el tribunal, a los consejeros en el Consejo, al pueblo en la Asamblea y en toda otra reunión en que se trate de asuntos públicos»12.

Es decir, los sofistas no perseguían la sabiduría ni buscaban la verdad, simplemente trataban de persuadir para dominar y para ganar dinero. Entonces, aparentemente eran maestros de sabiduría, mientras que los filósofos por otro lado son, amantes de la sabiduría y de la verdad. Es por eso que unos con otros aparecían en constantes discusiones durante la Grecia antigua.

La actividad filosófica no es una actividad que busque la riqueza para quién a ella se dedica. Los filósofos se dedican a tal actividad por el hecho de que aman la sabiduría, sin embargo, no se procuran de ella para vivir con comodidades y lujos. Como ya lo mencioné anteriormente, los filósofos también eran despreciados por dedicarse a una actividad aparentemente improductiva. Así, los sofistas también tachaban a los filósofos de conformistas, pero también los tachan de inútiles, pues al parecer la filosofía busca la verdad, pero nunca la encuentra. Para los sofistas pues, la filosofía es como un juego que ayuda a pensar, que complementa la educación, pero éste es un juego propio de la niñez, pues los niños justamente no tienen obligaciones y pueden libremente entretenerse con la filosofía; pero cuando se llega a la edad adulta, uno ya no debe dedicarse a la filosofía, pues ya se tienen obligaciones y responsabilidades respecto a la polis y éstas se deben cumplir realizando alguna actividad productiva.

En el libro seis de La República de Platón, el Sócrates platónico que dialoga aquí se enfrenta con la situación de demostrar porque razón los filósofos son despreciados. Según el texto, los filósofos son como los enamorados respecto al objeto de su amor, pues aman todo lo que afecta a tal instancia. Al mismo tiempo, le tienen pánico a la mentira, pues la mentira es contraria a su objeto amado, a la verdad. Según Sócrates, estos hombres (los filósofos), virtuosos y amantes de la verdad y sabiduría, son quienes deberán gobernar en la república y con su argumentación convence. Pero al tomar Adimanto la palabra le dice: «Sócrates, nadie puede negarte la verdad de lo que acabas de decir, pero esto es lo que siempre sucede a quienes conversan contigo. Piensan que porque no conocen el arte de preguntar y responder, poco a poco son conducidos al error por medio de una serie de preguntas cuyas consecuencias no ven de inmediato, pero que ligadas las unas a las otras, terminan por creer exactamente en todo lo contrario que habían creído en un principio. (…) es imposible oponer algo a tus preguntas en particular, pero si la cosa en sí se examina, podemos ver que quienes se dedican a la filosofía, no sólo los que lo hacen en su juventud para completar su educación, sino los que envejecen en ese estudio, son en su mayoría extraños y miserables, por no decir algo peor, y en cambio los más capaces se vuelven inútiles para la sociedad por haberse dedicado a este estudio que tanto elogias»13

Sócrates, para demostrar la utilidad de los filósofos en la sociedad, responde haciendo una comparación: «Imagínate al capitán de una nave (…) Más grande y más fuerte que el resto de la tripulación, pero algo sordo, miope y con poco conocimiento del arte de la navegación; además, los marineros se disputan el timón, sin que ninguno de ellos posea conocimientos náuticos (…) argumentando que es una ciencia que no puede aprenderse (…) Los excluidos matan y arrojan al mar a los que han sido elegidos, después emborrachan al capitán y le causan sueño (…) Se adueñan del navío, se echan sobre las provisiones, comen y beben en exceso, y dirigen la embarcación como sólo tales individuos podrían hacerlo (…) Por otra parte, no saben lo que es un piloto y que para serlo, deben conocer con exactitud el clima, las estaciones, el cielo, los astros, los vientos y todo lo relacionado con este arte; y en cuanto al talento de dirigir una nave, la tripulación se oponga o no, no creen posible unir a él los conocimientos del pilotaje. ¿Qué idea consideras que se tiene, en estas naves, sobre el verdadero piloto? Los marineros que yo describo, ¿no le tendrán como hombre inútil y visionario que pierde su tiempo contemplando los astros? (…) No creo que sea necesario demostrarte que este cuadro es la imagen fiel del trato que reciben los verdaderos filósofos en los Estados»14

Siendo así, concluyo haciendo una observación resumida y generalizada de todos los puntos descritos en el documento. Los filósofos son personas amantes de la sabiduría y de la verdad. Ellos son verdaderos parresiastés, es decir, tienen coherencia entre su teoría y praxis, al igual que tienen concordnacia entre su doxa y episteme15, y que encima de todo asumen un riesgo al comportarse, decir y actuar como tal. Amantes del conocimiento y enemigos de la mentira pues, son los filósofos, y éstos, se han ganado el desprecio o menosprecio, y condena de la sociedad por ser aparentemente inútiles, por no realizar actividades productivas y por pasarse la vida jugando a encontrar una verdad que nunca encontrarán. Además, al ser sinceros en su búsqueda de la verdad, se ven en la necesidad de decir a sus interlocutores lo que ellos creen que es la verdad, y en muchas ocasiones, a la gente no le gusta escuchar sus verdades, más aún, muchos se sienten ofendidos. Al sentirse ofendidos, toman enemistad hacia quien les ha hecho ver esa verdad que no querían ver y los condenan.

Sin embargo, como nos hace ver Platón en el libro seis de La República, con la comparación de la sociedad con la embarcación, los filósofos tienen la fórmula para hacer andar la sociedad correctamente, pues ellos se dedican a observar el mundo, a indagar por los problemas de la sociedad, a tratar de descubrir por qué y cómo son las cosas. Es decir, racionalizan el mundo, lo estudian, y gracias a ese estudio encuentran soluciones para mejorarlo; sin embargo, por ignorancia será que el resto de la sociedad ve esta actividad de analizar el mundo como una actividad inútil, pues no ven productividad alguna en analizar, y digo que es ignorancia porque por lógica y racionalidad debemos tener en cuenta que, para solucionar algo, primeramente debemos buscar la raíz del problema, es decir, analizar el problema. Peor aún es para los tiranos o gobiernos totalitarios la actividad de los filósofos, pues en su caso, son los filósofos quienes pueden poner en duda el funcionamiento de su gobierno, con lo cual, se arriesga su poder y riqueza, por lo cual, tienen una constante guerra contra los filósofos.

Bien puedo citar aquí palabras de Mary Midgley en su obra Delfines, Sexo y Utopías, en donde compara a la filosofía con el oficio de la fontanería. Dice: « Los he comparado en varias ocasiones con la pretensión de subrayar la idea de que filosofar no sólo es algo sublime, elegante y difícil, sino también necesario. (…) La fontanería y la filosofía son actividades que surgen debido a que culturas complejas como las nuestras cuentan, bajo su superficie, con un sistema bastante intrincado que por regla general pasa inadvertido, pero que aveces no funciona adecuadamente. En ambos casos, esto puede tener graves consecuencias. Cada sistema satisface necesidades vitales de quienes viven por encima de él. Resulta difícil arreglarlos cuando fallan, ya que ninguno de los dos se diseñó conscientemente para operar como un todo. (…) Cuando aparece algún problema, se precisa una técnica especializada, si es que se pretende tener alguna esperanza de localizarlo y corregirlo. Aquí, sin embargo, nos topamos con la primera diferencia acusada entre los dos casos. En lo tocante a la fontanería, todo el mundo acepta la necesidad de especialistas cualificados. En materia de filosofía son muchos los que no sólo ponen en duda esta necesidad, sino que a menudo se muestran escépticos sobre la propia existencia de un sistema subterráneo. Cuando los conceptos con los que vivimos funcionan mal no suelen gotear ruidosamente desde el techo ni inundar el suelo de la cocina. Sólo distorsionan y obstruyen silenciosamente nuestro pensamiento. A menudo no somos conscientes de este oscuro mal funcionamiento en la misma medida en que lo somos del malestar producido por un continuo mal olor o un resfriado que avanza lentamente. Claro que podemos quejarnos de que la vida nos va mal, de que nuestras acciones y relaciones no marchan como queremos. Pero puede resultar muy difícil darse cuenta de por qué ocurre, o qué hacer al respecto. Nos es más fácil buscar el origen del problema fuera de nosotros mismos. (…) Nuestra atención se dirige de forma natural hacia afuera, hacia los defectos del mundo que nos rodea. Darle la vuelta al pensamiento para poder observase a sí mismo críticamente es bastante difícil. Esta es la razón por la que, en cualquier cultura la filosofía ha tenido un desarrollo relativamente tardío»16.

La filosofía, la compara Platón con el arte de navegar y la compara Midgley con el oficio de la fontanería. En ambos caos se cree que la filosofía no es necesaria, pues para resolver problemas se evita la situación de analizarlos, en cambio, simplemente nos dejamos llevar por la situación, buscamos culpables en vez de buscar soluciones y así, el problema va creciendo hasta que todo se derrumba.

En la actualidad, los filósofos siguen siendo menospreciados, tachados de inútiles y miserables. El mundo de hoy es un caos, las personas viven cómodamente en el mundo capitalista, pero esa vida cómoda que llevan acarrea ciertas consecuencias que la gente común no quiere ver, o como Midgley lo dice, buscan al culpable en el exterior. Hace falta en la población ese sentido crítico que la filosofía proporciona, pero como la filosofía es una actividad “inútil e improductiva”, nadie quiere practicarla y de hecho, hay una guerra en la que intentan desaparecerla de la educación. Así, la raíz de los problemas sigue pasando desapercibida y hay pocos filósofos que los analicen, y a quien los analiza, nadie los quiere escuchar o en el peor de los casos, quieren silenciarlos.

Así, desde el mundo antiguo en que nació la filosofía hasta el día de hoy, los practicantes de esta “profesión de locos”, han sido y son despreciados y condenados, a pesar de que su único delito sea, procurar el bien para todos, la virtud y la verdad.

1Los filósofos presocráticos, G. S. Kirk, J. E. Raven Y M. Schofield, Pag. 91

2Los filósofos presocráticos, G. S. Kirk, J. E. Raven Y M. Schofield, Pag. 92

3En la epistemología platónica es el proceso o método de conocimiento que nos va a garantizar el conocimiento absoluto de las ideas supremas. Está basado en el diálogo de preguntas cortas y respuestas cortas.

4La denominación dada a las ciudades estado de la antigua Grecia.

5Apología de Sócrates, Platón, Pag. 16

6Doxa (δόξα) es una palabra griega que se suele traducir por ‘opinión’.

7Traducida normalmente al castellano por «franqueza».

8Discurso y verdad en la antigua grecia, Michel Foucault, Pag. 39

9Praxis es el proceso por el cual una teoría o lección se convierte en parte de la experiencia vivida. Es decir, llevar a la práctica la teoría.

10Discurso y verdad en la antigua grecia, Michel Foucault, Pags. 41, 42

11Protágoras, Platón, Pag. 509.

12Gorgias, Platón, Pag 32.

13La república, Platón, Pag. 224.

14La república, Platón, Pag. 226

15Ciencia. Algo pasa de ser doxa a episteme cuando está rigurosamente argumentado.

16Delfines, Sexo y utopías, Mary Midgley, Pags. 13, 14.

Bibliografía:

  • Platón, Apología de Sócrates, Editorial Concepto S.A., México, D.F., 1985.
  • G. S. Kirk, J. E. Raven Y M. Schofield, Los filósofos presocráticos, Editorial Gredos.
  • Platón, Protágoras, Editorial Gredos.
  • Platón, Gorgias, Editorial Gredos.
  • Platón, La República, Grupo Editorial Tomo, S. A. De C. V., México D. F. 2008.
  • Foucault ,Michel, Discurso y verdad en la antigua grecia, Paidós, Buenos Aires, 2004.
  • Midgley, Mary, Delfines, sexo y utopías, Fondo de cultura económica, Gráficas Palermo, Madrid, 2002.

La estética de Kant

13 diciembre, 2010

Immanuel Kant (1724-1804), nació en Königsberg, es considerado uno de los filósofos más importantes de la modernidad y es un gran representante del idealismo alemán. Se formó en un hogar pietista, la cual es una tradición religiosa que mucho sintoniza con la teoría de la sensibilidad1, por lo cual, se guía en gran medida por esta teoría y por su puesto, por los pensamientos e ideas surgidas en la ilustración. Kant afirmaba que las sensaciones agradables o desagradables se suscitan más gracias a la sensibilidad particular de cada hombre que a las condiciones externas, porque cada hombre sólo es feliz al satisfacer lo que sus propias sensaciones le piden.

¿Qué es lo bello para Kant? Para resolverlo, Kant se refiere a la representación, no tratando de entender al objeto para conocerlo, sino utilizando la imaginación respecto al sentimiento de placer o dolor. Su juicio pues, no es lógico, es estético, entendiendo que su base determinante no puede ser más que subjetiva. Es decir, se debe tener conciencia de la representación del objeto, y unirla a la sensación de satisfacción, para lo cual, no hace falta el conocimiento del tal objeto2.

Tal satisfacción debe ser desinteresada, definiendo como interés, el deseo de la existencia del objeto. Durante la Ilustración, autores como Hume redujeron la belleza a la utilidad y al interés, es decir, relacionaban la belleza con todo lo que a su propietario podía causarle placer. Era pues mero interés a la posesión3. Kant es uno de los autores que se contraponen a este interés estético. Cuando se quiere determinar si algo es bello, no se requiere darle importancia a su existencia, sino a la contemplación que le damos y la satisfacción que nos causa tal contemplación. Por tanto, para determinar si algo es bello debe bastar con saber si la mera representación del objeto va acompañada en quien contempla de satisfacción, aun si le es completamente indiferente la existencia del objeto representado. Esto, según Kant, porque cuando se mezcla el interés, el juicio es parcial y no un juicio del gusto.

Por la misma situación, Kant diferencia lo bello de lo agradable y de lo bueno. Definiendo como agradable a lo que place a los sentidos en la sensación. Cuando un objeto es declarado agradable, expresa un interés mediante la sensación. La satisfacción proporcionada por lo agradable presupone entonces, la relación de su existencia con la afectación que pueda dar a quién le agrada4. Es decir, lo agradable agrada por interés, y como lo bello no es bello por interés, para Kant lo agradable, no es lo bello.

Respecto a lo bueno, Kant lo define como, lo que por medio de la razón y por el simple concepto, place. Se puede decir que es útil o bueno para algo cuando place como medio, y bueno en sí cuando place en sí mismo; pero en ambos casos hay un fin o un interés. Por lo tanto, tampoco lo bueno es lo bello5. Para definir si algo es bueno se debe tener un conocimiento del objeto, y como ya se mencionó anteriormente, lo bello no requiere tal conocimiento.

Entonces, tanto lo bueno como lo agradable se relacionan con el interés y el deseo. Es decir, no sólo la representación del objeto genera placer, sino también la existencia de éste, mientras que en el juicio de lo bello sólo importa la contemplación, y si el objeto representado existe o no, no importa porque aún así sigue satisfaciendo. Llámese pues agradable a lo que deleita inmediatamente, es decir, que no requiere de reflexión sino solamente de la sensación; bello a lo que place, y que depende de la reflexión sobre la contemplación de la representación del objeto; y bueno a lo que es aprobado, es decir, que también requiere de reflexión, pero una reflexión dirigida a la utilidad. Entonces, Kant concluye de estas tres formas de satisfacción, que la del gusto en lo bello es la única satisfacción libre. Pues de la inclinación en lo agradable, la complacencia en lo bello y la estimación en lo bueno, la complacencia es la única desinteresada.

Pero también hay que distinguir lo bello de otra categoría estética, lo sublime, el cual, al igual que lo bello, genera satisfacción desinteresada en quien lo contempla, y ambas son, placeres originados por el juicio del gusto que pronuncia Kant. Lo sublime suele representar cosas grandiosas, impresionantes o conmovedoras de la naturaleza, en casos unidas al terror, a lo noble o a la magnificencia. Es decir, lo sublime place, pero tal placer lo transmite infestado de asombro y respeto. Ejemplos de representaciones sublimes son: La muerte, la noche, el tártaro, entre otros. Lo sublime puede acompañar al placer de cierto terror o melancolía; en algunos casos, meramente de un asombro tranquilo, y en otros, un sentimiento de belleza extendido sobre una disposición general sublime6.

Lo bello por otro lado, en vez de conmover, encanta. A diferencia de lo sublime que es siempre grande, lo bello puede ser pequeño y aún así, complacer. El día es un ejemplo de representación bella, el cuerpo de una mujer, las hermosas flores, todos agradan de una manera bella que se diferencia mucho de la satisfacción obtenida por las representaciones sublimes asombrosas.

Ambos conceptos, bello y sublime, requieren del desinterés para poder diferenciarse lo de agradable y de lo bueno, y son para Kant, las dos categorías estéticas que requieren para satisfacer, simplemente de la contemplación y no del objeto representado. Cuando tal satisfacción en la contemplación se consigue de una manera subjetiva y desinteresada, se puede decir que es un juicio estético del gusto.

Sin embargo, hay claras criticas a la estética kantiana, a la subjetividad y al desinterés. Según Theodor W. Adorno, el desinterés a la obra de arte le aleja del efecto inmediato que la satisfacción quiere conservar, lo cual prepara la quiebra de la supremacía de esa satisfacción. Dice que, al desinterés propio del arte tiene que acompañarle la sombra del interés más salvaje7. Y en esta situación, estoy de acuerdo con Adorno, ya que, cómo podría complacernos una obra de arte por la cual mostramos desinterés. En todo caso tendríamos que mostrar un cierto interés por ella (a lo que Adorno llama el interés más salvaje), para hacer esa reflexión de la que habla Kant y conseguir así la satisfacción obtenida por la contemplación de la representación del objeto. De otro modo, dice Adorno que el desinterés puede convertirse en indiferencia.

En este caso, la obra de arte debe quedar sometida a un cierto tipo de interés si requiere la contemplación. De lo contrario, todos pasaríamos por alto las obras u objetos bellos y no podríamos satisfacernos con su belleza. Lo cual Kant niega con el concepto de libertad y autonomía de las obras de arte en lo que no sea propio del sujeto. Así, deja al arte desposeído de todo contenido y en su lugar coloca la simple satisfacción. Entonces, Adorno define la estética kantiana como placer castrado8. A entender entonces, Adorno difiere de la estética de Kant por subjetiva y lo que hace con el juicio del gusto en asentar su universalidad9.

Tal universalidad se da porque, «el que juzga, siendo completamente libre, con relación a la satisfacción que dedica al objeto, no puede juzgar un objeto de bello diciendo que “es bello para mí”. Pues no puede llamarlo bello si sólo a él le place. A diferencia de lo agradable que si puede decir “esto me agrada a mí” y de lo bueno que puede decir “esto me sirve a mí”, con lo bello no se puede juzgar así.»10. Es decir, hay cosas que pueden ser útiles o agradables para cierto individuo, sin necesidad de que lo sean para otro; sin embargo, con lo bello, se requiere que lo que causa satisfacción a uno, lo cause también en los demás. Se refiere tal universalidad entonces a que la belleza es una propiedad de las cosas.

Pero esta belleza como propiedad de los objetos también tiene sus antítesis. Hume, por ejemplo dice que la belleza no es una cualidad de las cosas, sino que «existe solamente en la mente que la contempla, y cada mente percibe una belleza diferente.» Por otro lado Burke señala que es una cuestión de grados, teniendo en cuenta factores tales como la sensibilidad natural o capacidad de nuestros órganos, la experiencia, la observación, etc.11

Bajo esta situación, no estoy de acuerdo con Kant en que el gusto es universal, ni con Hume que dice que la belleza no es una propiedad de las cosas. Pues me parece que la belleza sí es una propiedad de las cosas, y que es ésta es la universal, mas no el gusto. El gusto es el tipo de cosa que es individual, pues cada persona, respecto a su formación y educación tendrá gustos diferentes. Pero las cosas que son bellas realmente, nada ni nadie les quita el encanto. Las cosas bellas, tienen la belleza como una propiedad; sin embargo, aun conteniendo tal belleza, habrá quienes su gusto difiera de tal. Igualmente hay cosas sin belleza, las cuales seguramente habrá a quienes les gusten a pesar de que en la existencia del objeto representado no haya interés alguno; pero no porque a cierto individuo le guste será necesario que la representación sea bella, y que el resto de los individuos se adhieran a tal gusto.

Siendo así, no es posible igualar el gusto con la belleza. Pues de hecho, habrá quienes tengan cierto gusto por objetos que de bellos nada tengan. Y tampoco me refiero a lo agradable, pues, ciertamente puede haber alguien que simplemente disfrute de contemplar la representación de algo que no sea bello. Es decir, concuerdo con Kant en que la belleza es una propiedad de las cosas; pero las cosas que contienen esta propiedad, no siempre les va a gustar a todos, y quienes logran apreciar y encontrar tal belleza, será precisamente por la razón que enuncia Kant, por una reflexión sobre la representación del objeto; pero tal reflexión, para poder llevar al gusto y a la satisfacción, requerirá que el sujeto que contempla tenga cierta educación que le ayude a reconocer la belleza de tal representación.

El juicio del gusto, según Kant, exige una universalidad subjetiva o aprobación de todos, no es un juicio de conocimiento, sino de placer o dolor, en un objeto dado, es decir, pretende una finalidad subjetiva que valga comúnmente para todos y que no se debe fundar en concepto alguno de la cosa12. Pero si tal aprobación, se exige de todos, al ser exigida, no significa que todos estén dispuestos a tal aprobación, por mas que la representación sea realmente bella y plazca a la gran mayoría, seguramente habrá alguien, pocos o muchos, a quienes tal representación no plazca ni cause satisfacción alguna.

Dice Kant que el juicio del gusto, no es un juicio de conocimiento. Y así es, siempre y cuando, tal conocimiento se refiera al concepto u objeto representado. No Requerimos conocerlo para hacer un juicio estético si el único fin es obtener placer de la contemplación. Su origen o contenido, no importa, lo que importa es la satisfacción obtenida. Pero como ya mencioné antes, no todos podemos encontrar tal satisfacción en los mismos objetos, porque no todos tenemos el mismo juicio sobre el gusto; éste, cada quien lo tendrá desarrollado de diferente manera, según su educación.

Esto da a entender que, para decidir si alguna representación nos gusta requerimos de un juicio a priori. Es decir, no hace falta tener una experiencia o una formación estética. Para lo que sí requerimos tal formación es entonces, para decidir si algo es bello o no lo es. Esto sí requeriría de una reflexión y hasta de una experiencia para juzgar. Por tanto, el juicio para definir la belleza sería un juicio a posteriori.

El mismo Kant dice en una de sus características para el juicio del gusto, «cuando alguien no encuentra bello un edificio, una perspectiva, una poesía, no se deja imponer interiormente la aprobación por cien votos que la aprecian altamente. Puede, es cierto, presentarse, como si ello le pluguiese, para no pasar por persona sin gusto (…) pero ve claro, sin embargo, que la aprobación de otros no proporciona prueba alguna valedera para el juicio de la belleza, y que el hecho de que otros observen y vean por él, y lo que muchos hayan visto de una misma manera, puede servir, es cierto, para que crea haberlo visto de otro modo (…) El juicio de otros, cuando nos es desfavorable, puede, desde luego, con razón, hacernos pensar, considerando el nuestro, pero no puede nunca convencernos de la incorrección de éste. Así, no hay base alguna empírica de prueba para forzar el juicio de gusto de alguien.»13

En la actualidad veo que, “el gusto” de un individuo sí puede ser influenciado por lo que sucede en su entorno. Pues se ve claramente en la sociedad que cuando algo se pone de “moda”, basta que a algunos les guste para que contagien a los demás y así, todos quieran adherirse a ese “gusto común” del cual la gran mayoría son miembros o simplemente como dice Kant, para no pasar por persona sin gusto. Pero realmente eso no es un juicio del gusto, más bien parece una manera con la cual muchos buscan integrarse en un circulo social simplemente imitando el gusto de las mayorías. Esto entonces, no es gusto sino imitación. Por lo cual, tal y como dice Kant, el juicio del gusto sigue siendo meramente subjetivo.

Entonces, la idea del juicio de gusto para Kant es sólo una creencia, la cual consiste en una validez subjetiva, y ésta pretende extenderse a todo el mundo como si el juicio fuera objetivo. Es decir, el que contempla y gusta de algo, pretende universalizar su gusto tratando adherir a todos a su juicio, el cual, aunque no ha pasado por prueba alguna para sustentar su belleza, el sujeto pretende hacer sustentar que sí lo ha hecho y que tal prueba ha sido superada. Es decir, pretende hacer de su juicio subjetivo algo objetivo.

El juicio del gusto no es determinado por objetos, sino que se funda solamente en la condición formal subjetiva de un juicio en general. La condición subjetiva de todos los juicios es la facultad misma de juzgar14. Esto en palabras del mismo Kant. Por tanto, el juicio del gusto para Kant es subjetivo.

Pero Adorno, en la crítica del concepto kantiano de objetividad, entiende el agrado kantiano como una unidad de su misma estética que es exterior a la obra de arte15. «Para Adorno la obra de arte tiene entidad por sí misma, que su ser (estético) no deriva meramente de su adecuación a la subjetividad, sino que, antes bien, la trasciende, y que, por tanto, posee alguna forma de “objetividad”»16.

Con todo esto, me queda concluir que Kant aportó e hizo buenas observaciones estéticas. Distingue acertadamente el juicio del gusto de lo que sería lo bueno y lo agradable, sustentando como éstas categorías mantienen un cierto interés en la existencia de los objetos representados, y hace una buena distinción también en su obra de Observaciones sobre lo bello y lo sublime sobre tales categorías estéticas que, siendo ambas desinteresadas, una inspira en su satisfacción cierto respeto, es decir, conmueve y la otra simplemente encanta. Concuerdo con Kant en que la belleza es una propiedad de las cosas, pues justamente, si algo es bello, lo será a pesar de que haya juicios que lo desacrediten; sin embargo difiero con Kant en que el gusto sea universal, pues como lo expresé en el cuerpo del documento, creo que el juicio del gusto requiere de cierta formación estética para poder descubrir belleza en alguna representación bella. Quien no tenga tal formación, seguramente le parecerá bella cualquier cosa, lo sea o no, y ese será su gusto, personal y subjetivo, del cual habrá más de uno que difiera, pero no por eso, él cambiará de gusto, a menos que ciertas condiciones sociales así lo conduzcan, pero en este caso ya no sería un juicio del gusto, sino simple imitación.

1Simón Marchán Fix, La estética en la cultura moderna, pag. 23

2Immanuel Kant, La crítica del juicio, pags. 251,252

3Simón Marchán Fix, La estética en la cultura moderna, pags. 33, 34

4Immanuel Kant, La crítica del juicio, pag. 254

5Immanuel Kant, La crítica del juicio, pag. 255

6Immanuel Kant, Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime, Pag. 164

7Th. W. Adorno, Teoría Estética, Pags. 33, 35

8Th. W. Adorno, Teoría Estética, Pag. 35

9La verdad está en juego, Berta M. Pérez, Pag. 249

10Immanuel Kant, La crítica del juicio, pags. 258, 259

11Simón Marchán Fix, La estética en la cultura moderna, pag. 31

12Immanuel Kant, La crítica del juicio, pag. 320

13Immanuel Kant, La crítica del juicio, pags. 323, 324

14Immanuel Kant, La crítica del juicio, pag. 226

15Th. W. Adorno, Teoría Estética, Pag. 275

16La verdad está en juego, Berta M. Pérez, Pag. 255

Bilbiografía:

  • Marchán Fiz, Simón, La estética en la cultura moderna, Alianza Editorial, S. A., Madrid, 2000.
  • Kant, Immanuel, Observaciones sobre el sentimiento de lo bello y lo sublime, Editorial Porrua, S. A. De C. V., México, D.F., 2003.
  • W. Adorno, Theodor , Teoría Estética, Ediciones Akal, Madrid, 2004.
  • M. Pérez, Berta, La verdad está en juego, Facultad de filosofía, Universidad de Valencia, 2009.
  • Kant, Immanuel, Crítica del juicio, Editorial Porrua, S. A. De C. V., México, D.F., 2003.

Celebración del día internacional de la filosofía

30 noviembre, 2010



«La importancia de la Filosofía en la educación»

Dicho evento se llevará a cabo el día 9 de diciembre de 9:30 a 18:00 Hrs. En el AuditorioCésar Carrizales”. que se encuentra en la Planta baja de la Torre de Rectoría, Campus Norte de la UAEM. LA ENTRADA ES LIBRE.

 

 

PROGRAMACIÓN:

HORA

 

 

 

PONENTE

 

 

 

TÍTULO DE LA PONENCIA

 

 

 

9:30-10:30 1. Dr. Luis Tamayo Pérez

 

 

 

«Consecuencias educativas del error ontológico moderno»

 

 

 

10:30-11:00 2. Mtro. Eduardo Bello Ocampo

 

 

 

«La enseñanza de la filosofía en la Escuela Nacional Preparatoria»

 

 

 

11:00-12:00 3. Proyección vÍdeo RIEMS

 

 

 

«Las Reformas a la Educación Media Superior de la SEP»

 

 

 

12:00-12:30 4. Adrián Fuentes González

 

 

 

«La sociedad masa y sus atrocidades»

 

 

 

12:30-13:00 5. Mtra. Clara Inés Lozano Reyes

 

 

 

«Gente común y subjetividad después de Auschwitz»

 

 

 

13:00-14:00 6. Dr. Alejandro Herrera Ibáñez

 

 

 

«La utilidad de enseñar lo inútil o la utilidad de molestar»

 

 

 

14:00-15:30 RECESO / COMIDA

 

 

 

15:30-16:30 7. Lic. Manuel Reynoso de la Paz y Lic. Xóchitl Virto Martínez.

 

 

 

«La fragancia de las palabras»

 

 

 

16:30 -17:00 8. Ma. Guadalupe Estefanía Agraz Rubin

 

 

 

«El hombre nuevo en Luis Villoro y Erich Fromm»

 

 

 

17:00-17:30 9. Lic. Lucía de Lourdes Agraz Rubin y Manuel Carpizo

 

 

 

«Filosofía para Niños; Crítica y análisis desde el aula»

 

 

 

17:30-18:00 10. Lic. María Helena Franco Brizuela

 

 

 

«Plotino C. Rhodakanaty: un filósofo griego, precursor del socialismo mexicano»

 

 

 

 

Organiza: El Departamento de Filosofía (Área de Ética y Filosofía Política), FH. Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM). El Instituto Sapientia, Programa radiofónico: «De Filosofía y Filósofos» y Organización juvenil Utupía.


 

Día Internacional de la Filosofía

13 noviembre, 2010

Ver programa: https://viruzbader.wordpress.com/2010/11/30/celebracion-del-dia-internacional-de-la-filosofia/

Para más información: http://www.facebook.com/defilosofiayfilosofos

Celebrando el bicentenario

15 septiembre, 2010

ha, ya es 15 de septiembre…

Los festejos por el bicentenario de la independencia de México están a punto de comenzar…

Pero, yo me sigo preguntando, ¿cuál independencia? si este país «tercermundista» sigue dependiendo completamente de las decisiones de los países desarrollados y el poco país que tenemos, nuestros queridos gobernantes se lo están entregando al imperio norteamericano.

Pero claro, no pueden faltar hoy los gritos de vivan los heroes que nos dieron patria… Los juegos artificiales, las lucesitas, adornos de plastico y banderitas, aja sí, pero por todo el país hay gente que sigue muriendose de hambre, y principalmente en estos días que hay tantas ciudades y pueblos inundados y necesitan la ayuda, necesitan el presupuesto que el gobierno prefiere gastarse en los festejos (da más y mejor imagen a ellos). ¡Claro, la gente de Veracruz y Tabasco no tienen comida, vivienda ni vestido, pero seguramente les alegrará la noche ver el cielo de su país alumbrado por los juegos artificiales!

Recursos antimilitaristas

13 julio, 2010

Ante el ejército y el servicio militar obligatorio ¡Insumisión! A la obediencia debida ¡Desobediencia civil! La historia muestra con claridad cómo las fuerzas militares del estado se han llevado miles de vidas humanas.

La militarización destruye y degrada la vida en todos sus órdenes. Porque creemos que el mundo no debe ser ni un monasterio, ni una carnicería, repudiamos de lleno toda organización militar y bélica. Quienes viven y lucran con la guerra son sólo una parte de los principales beneficiarios de los conflictos bélicos.

La matanza no puede ser tolerada. El sentimientro «patriotero» divide a las poblaciones del planeta y muchas veces las enfrenta. ¡¡El nacionalismo en el mundo de hoy sólo sirve a los regímenes internos de países tercermundistas para perpeturar el poderío de pequeños grupos influyentes!! El estado manda a morir a la carne de cañón. ¡¡Nosotros no vamos a matar, ni obedecer a ningún milico!!

La protesta internacional contra la guerra no pudo hacer nada por detenerla. La impunidad con la que los estados asesinan y hacen guerra por todo el mundo es un tema grave que debería preocuparnos. Estados Unidos bombardeó e invadió dos países para conseguir su petróleo.

¡EL DIALOGO NOS HACE HOMBRES, LAS ARMAS NOS HACEN MOUSTROS!

POR UN MUNDO SIN GUERRAS…