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Jornadas Zapatistas a 50 años del asesinato de Rubén Jaramillo

18 mayo, 2012

Rubén Jaramillo Ménez, hijo de minero y campesina, nació al principiar el siglo XX en el Mineral de Zacualpan, del Estadod de México.

Le tocó ioncorporarse muy joven a la Revolución de 1910, en el ejercito zapatista. Por su decisión revolucionaria fue ascendido a capitán primero de caballería cuando apenas tenía 17 años. Los pobladores de la zona sur de Puebla y otras regiones colindantes con el Estado de Morelos lo apreciaban mucho por su comportamiento justo y valiente.

En 1918 el ejército zapatista se desintegraba, muchos jefes y soldados empezaban a dedicarse al pillaje, desoyendo la voz de Emiliano, o traicionaban la causa del pueblo pasándose con los carrancistas. En esas circinstancias, Rubén reunió a sus soldados y les dijo:

«Frente a las condiciones actuales de fatal decadencia revolucionaria nosotros de ninguna manera debemos ir a entregarnos en las manos de nuestros enemigos que, a base de fuertes compromisos con los norteamericanos y plutócratas nacionales, se han fortalecido reclutando gentes a sueldo para combatirnos. Pero en este caso, no son los muchos hombres los que triunfan, sino las ideas basadas en la justicia y el bien social y para no seguir el camino de los malos revolucionarios que no podrán sostenerse si antes no hacen daño al pueblo y que de seguro tarde o temprano tendrán que ir de rodillas ante el enemigo, nos vamos a diseminar los unos de los otros con el fin de reservar nuestras vidas para mejores tiempos y desde hoy la Revolución, mas que de armas, ha de ser de ideas justas y de gran liberación social… El pueblo, y más las futuras generaciones no podrán vivir esclavos y será entonces cuando de nueva cuenta nos pondremos en marcha, y aunque estemos lejos los unos de los otros no nos perderemos de vista y llegando el momento nos volveremos a reunir. Guarden sus fusiles, cada cual donde lo pueda volver a tomar».

Surgieron posteriormente los nuevos enemigos: ya no fueron los hacendados azucareros sino gentes con capital que compraban las cosechas, controlaban el comercio y acaparaban tierras. Estos ricos tramaron alianzas con una multitud de políticos surgidos de la Revolución, para juntos dominar, admeás de la agricultura, el gobierno y la riqueza pública del estado de Morelos.

Al dejar las armas Rubén, movido por su pasión libertaria emprendió luchas por el mejoramiento del pueblo, peleando contra los comerciantes acaparadores de las cosechas de arroz, contra los prestamistas, por formar uniones de crédito con el recién fundado Banco Ejidal, por comercializar directamente sus productos agrícolas, etc. Los ricos arroceros y comerciantes de la región de Jojutla, aliados con los políticos del nuevo régimen, se convirtieron en sus enemigos más feroces.

Rubén pensó que un ingenio grande, podría ser una buena forma de sustraer al pueblo del dominio de los ricos comerciantes y caciques y llevó su idea al general Cárdenas cuando éste andaba en campaña electoral. Gracias a la empeñosa iniciativa de Jaramillo se hicieron los estudios, presupuestos, etc.; Cárdenas ordenó la construcción y para el mes de marzo de 1938, en Zacatepec, empezó a trabajar el Ingenio Emiliano Zapata.

Aunque el Ingenio se fundó con el carácter de sociedad cooperativa, desde su fundación el gobierno lo ha manejado como su dueño y patrón, poniendo y quitando gerentes a conveniencia y por ello tendría el mismo destino de todas las empresas y secretarías de Estado, el de convertirse en botín de políticos. Este ingenio de limpio nombre, no podría sustraerse al sistema político mexicano en esa penosa fase de acumulación violenta de grandes masas de capital bajo el cobijo de las instituciones del Estado.

En este sistema Rubén Jaramillo hubiera tenido un «futuro brillante». Se le había asignado la dirección de una empresa estatal y como líder campesino tenía arraigo, excelentes condiciones para incursionar en las esferas del poder y la riqueza. Pero resultó ser un hombre que se rigió por sus principios y convicciones morales. Ni como presidente del consejo de Administración, ni como líder popular aceptó entrar a ese sistema político. Rubén fue un líder natural incorruptible, discípulo fiel de Zapata, y al no prestarse a corruptelas traicionando los derechos obreros y campesinos, fue declarado agitador y enemigo público, difamado y perseguido. Dan testimonio de ello sus compañeros de lucha.

Se convirtió en un obstáculo para que esa mina de oro pudiera engrosar las cuentas bancarias de políticos y funcionarios: tenía que ser eliminado. Primero lo destituyeron de su cargo. Después, como en su condición  de cañero y cooperativista seguía defendiendo los derechos de los campesinos y obreros, intentaron asesinarlo. Dos veces llegó la policía judicial hasta su casa pero no pudieron capturarlo. La tercera lo emboscaron policías y pistoleros, pero fracasaron. Jaramillo tomó entonces el único camino honrado que le dejaban: el de las armas.

En 1943 Rubén se armó y con varios zapatistas correligionarios y algunos hombres de lucha, se remontó al cerro en calidad de rebelde. Parecía el momento en que se volvieran  a reunir los viejos zapatistas que acordaron guardar sus fusiles donde cada cual los pudiera volver a tomar.

Rubén y su gente iniciaron entonces largos recorridos por todo el estado, dando a conocer de pueblo en pueblo el motivo de su lucha. Su popularidad creció, atrajo muchos hombres a sus filas y se ganó el apoyo de prácticamente todo el pueblo campesino, que le dio protección, abrigo y sustento durante su vida de lucha.

Rubén pudo apreciar que no se vivía una situación insurrecional, puesto que la lucha armada no se generalizaba en todo el estadoy en el país, las fuerzas que podían reunir eran pocas comparadas con las del gobierno.

Comprendió también que al andar alzado en el cerro, aunque le daba seguridad, resultaba benéfico para los enemigos, pues él y sus seguidores se apartaban del pueblo. Por ello aceptó la amnistía que le hizo el gobierno de Ávila Camacho. Rubén volvió a la vida civil en 1944.

Hacia el final de su vida organizó legalmente a miles de campesinos para colonizar tierras ociosas; supervisó cambios de comisariados ejidales bajo auspicio oficial y participó en un congreso estatal de la Liga de Comunidades Agrarias de la que pudo ser presidente por contar con la mayoría, pero no aceptó el desafío  por el riesgo evidente.

Simultanea o alternamente con ese tipo de luchas legales, Rubén tenía que ejercer la autodefensa de su movimiento: tuvo enfrentamientos con pistoleros en mítines o asambleas públicas; asestó golpes a la sanguinaria policía judicial que torturaba y mataba partidarios suyos; liquidó a varios caciques opresores y grupos de abigeos, ajustició a un jefe de la policía judicial del estado, etc.

Para la burguesía, la sola existencia de ese atrevido e insobornable hombre dispuesto a todo, era una desesperante pesadilla; por lo tanto, tenía que crear las condiciones para su eliminación segura, sin riesgo de fracasar, desde el centro mismo del poder, desde el gobierno federal.

El presidente López Mateos en 1958 le ofrece amplias garantías, le promete apoyo para resolver los problemas campesinos de su estado, lo subsidia con un sueldito de promotor de la CEIMSA, lo comisiona  para supervisar cambios de autoridades agrarias, le acepta un proyecto para colonizar tierras ociosas con miles de campesinos sin tierras. El plan era amansarlo y preparar su ejecución y Jaramillo aceptó la propuesta.

Sus compañeros más cercanos además de advertirle el peligro, le insistieron en la idea de dar un paso adelante en la organización revolucionaria. No obstante Rubén ya con casi sesenta años, parecía ceder ante la fuerza de la corriente contra la que había luchado desde la revolución. En sus últimos años críticos, su esposa y familia tiraban hacía donde lo deseaba el gobierno: la paz y tranquilidad.

Sólo cuando una casa donde se refugiaba en México fue asaltada por la policía, tratando de apresarlo y decomisarle sus armas, pareció decidido a salir de la tramposa legalidad que le había ofrecido López Mateos.

Pero por alguna razón poderosa, no bien conocida por sus amigos más cercanos, Rubén permaneció en su casa de Tlaquiltenango durante esos días críticos.

El 23 de mayo de 1962 llegaron los asesinos: la policía judicial del estado dirigida por el gobierno de Norberto López Alvear (1958-1964), por Heriberto Espinoza, alias «El Pintor»; tropas del ejército nacional comandadas entre otros por un capitán de nombre José Martínez y algunos pistoleros de Jesús Merino Fernandez, gerente del ingenio Emiliano Zapata. Apresaron a toda la familia, la subieron en vehiculos oficiales y a un lado de las ruinas de Xochicalco la acribillaron.

El crimen fue cometido directamente por el gobierno, sin pretextos, sin el más leve intento de ocultar su responsabilidad o de disfrazar de justicia su determinación asesina. fue un golpe seco de odio contra quien lo desafió con su honradez, un golpe de odio despótico para escarmiento de la rebeldía.

Ninguna palabra palabra es suficientemente fuerte para calificar este asesinato, porque es un crimen que en las personas de Rubén y su familia se cometió contra todo el pueblo oprimido de México y para sancionarlo hace falta algo más que todas las palabras de nuestro idioma.

Si algún deseo hubiera podido expresar Jaramillo a sus compañeros,  momentos antes de su muerte, sería sin duda que siguieran la lucha. Por eso hoy día aquí estamos y aquí seguiremos, continuando ese legado, esa tradición de lucha que tienen estas tierras zapatistas. Jaramillo y Zapata Viven, la lucha sigue! ¡Viva Tierra y Libertad! ¡Viva La Otra Campaña!

Este texto es un extracto de Los Jaramillistas, de Renato Ravelo Lecuona.

Represión al conmemorar el 93 aniversario del asesinato de Zapata en Cuernavaca Morelos

10 abril, 2012

El día de hoy, integrantes de La Red por la Paz con Justicia y Dignidad y Adherentes a La Otra Campaña conmemoraron el 93 aniversario del cobarde asesinato de Emiliano Zapata por parte del gobierno, y hoy, 93 años después seguimos teniendo gobiernos represores que hostigan a quienes luchan por un mundo mejor, con justicia y libertad.

Alrededor de las 8 AM, los jóvenes manifestantes realizaban una ofrenda dedicada a Emiliano Zapata en la glorieta que lleva su nombre, en la ciudad de Cuernavaca Morelos, cuando comenzaron a llegar policías municipales y arrancaron algunas de las mantas que se habían colocado en las cuales se denunciaban muertes y desapariciones de jóvenes en esta entidad. Además forcejearon con los jóvenes que se oponían a que la policía continuara quitando las mantas, forcejeo en el cual hubo una joven lesionada. También amenazaron con poner a disposición  a los manifestantes si no se dispersaban.

Es realmente indignante que situaciones así continúen sucediendo en un país supuestamente «democrático, en el cual existe el derecho de libre exprsión y que además, un gobierno que supuestamente combate al crimen organizado reprima y censure a aquellos que denuncian las consecuencias del crimen y la falta de capacidad por parte de las autoridades para combatirlo.

Jóvenes que realizaban una manifestación pacífica, en busca de un mundo mejor son tratados como terroristas, enviandoles a gran número del cuerpo de policías (10 camionetas para alrededor de 10 manifestantes), mientras tanto verdaderos criminales se pasean tranquilamente por la ciudad, levantando, desapareciendo y asesinando jóvenes.

Por la tarde se realizó una marcha de la Glorieta Emiliano Zapata al zócalo de Cuernavaca en la cual no hubo mayores problemas. En ella igualmente participaron integrantes de la Red Por la Paz con Justicia y Dignidad y los convocantes, El colectivo Miserables Libertarios, adherentes a La Otra Campaña, entre otras personas (Estudiantes, trabajadores, desempleados, etc.) A la llegada al zócalo se realizó un mitin político y diversas actividades culturales entre las que hubo música, baile, talleres y una proyección de video

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Éstas son algunas fotos tomadas por los manifestantes:

También nos han comunicado que en el Distrito Federal, al conmemorar igualmente la muerte de Zapata, los manifestantes fueron reprimidos por la policía. Éste es un video de la agresión que recibieron los compañeros capitalinos:

Conmemorando la Revolución Mexicana como fecha, olvidándola como hecho.

13 noviembre, 2011

Estamos a sólo unos días de la celebración del 101 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana. 20 de noviembre, un día festivo para los mexicanos, quienes al parecer sólo festejan porque tienen alguna idea de que la Revolución Mexicana trajo consigo un poco de justicia para el pueblo mexicano; sin embargo desconocen por completo la historia, y no me refiero sólo a lo que sucedía hace 100 años, sino a lo que ha sucedido a lo largo de todo este plazo de tiempo, sobre todo en la segunda mitado del siglo XX y lo poco que llevamos del XXI.

Pues no sucede gran cosa, simplemente los pequeños logros que se consiguieron con la Revolución mexicana, se están perdiendo, o más bien, nos los están robando impune y desvergonzadamente. La consigna «Tierra y Libertad», proclamada por Ricardo Flores Magón y retomada por Emiliano Zapata parecen ser sólo eso, una bella consigna que ha quedado absorbida por el discurso oficialista de la democracia.

Al día de hoy, la tierra y la libertad han vuelto a ser parte de la propiedad privada de quienes tienen el poder político, y sobre todo, económico. Es una tristeza darse cuenta de como los ejidos que con tanto esfuerzo fueron conquistados para los campesinos de México, estén regresando  de una manera tan vil a manos de los explotadores capitalistas. Todo esto a causa del podrido modelo neoliberal, que promueve una apestosa y desleal competencia, lo cual no permite al campesino sacar adelante una cosecha capaz de competir contra productos extranjeros que traen las multinacionales.

Los grandes capitalistas del mundo no se llenan, quieren arrebatar a la naturaleza su última gota de vida para poder producir hasta la última moneda posible, y la complicidad de estados corruptos y prostitutos como el de México, les hace posibles todos estos sueños de ambición y putrefacción. Poco a poco nos están arrebatando lo que se ha conquistado con sudor, lágrimas y sangre, mientras que a ellos no les cuesta nada, porque no lo luchan, sólo «reforman».

Pero como lo que importa es la fecha, qué más da, aquí seguimos, festejando algo que no tenemos. Desgraciadamente nuestro cariñoso gobierno nos impulsa a continuar con el festejo, porque así nos sentimos un poquito más felices de vivir en un país que hace 101 años iniciaba una lucha por la justicia, y que al día de hoy esa justicia sigue brillando por su ausencia.

Más bien, esa lucha aún continúa, y esa debería de ser nuestra manera de conmemorar, luchando y no sólo formando parte del rebaño convocado por quienes siguen siendo los opresores, explotadores, burgueses, imperialistas, rateros y sinverguernzas elitistas que nos hacen pensar que la revolución se consumó en aquella época y que nos invitan a celebrar con ellos porque hoy no hay nada más que hacer porque la justicia, libertad y democracia imperan. ¡No señores, La REVOLUCIÓN SIGUE! ¡Zapata vive, La lucha sigue! ¡Magón vive, la lucha sigue! ¡Viva Tierra y Libertad!

Dictan auto de formal prisión a 4 detenidos del 2 de octubre

9 octubre, 2009

Jueves 8 de octubre de 2009, por carolina

Auto de formal prisión para 4 presos del 2 de octubre

“Estos jóvenes quieren un país de libertad”, dijo la mamá de Víctor Herrera Govea, en un acto de protesta ante las oficinas del gobierno del distrito federal el miércoles 7 de octubre. Pero para el gobierno de Marcelo Ebrard, marchar por un país libre de represión es actividad pandillera. Esto se hizo claro unas horas después del acto cuando les fue dictado, al compañero Víctor y a otros tres compañeros, auto de formal prisión por los delitos de daño a propiedad en pandilla y robo calificado en pandilla de un OXXO, a pesar de la falta de pruebas contra ellos. De nuevo, el pretexto de pandillerismo se usa para justificar el secuestro político.

Víctor Herrera Govea, Jaime Cortés Fones, Miguel Ángel Martínez y José López Ochoa marcharon con decenas de miles de activistas, en su mayoría jóvenes, desde la escena de la Matanza de Tlatelolco de 1968 hacia el Zócalo el pasado 2 de octubre. Su manera de honrar a las y los compañeros asesinados y desaparecidos hace 41 años era exigir justicia por los crímenes de estado de ayer y de hoy. Exigieron la libertad del recién detenido compañero Ramsés Villarreal y la de los presos políticos de Atenco. Exigieron un fin al fascismo y a la militarización del país. Pero la policía de Ebrard le cortó el paso a su contingente anarquista y libertario para que sólo pudiera llegar al Zócalo “encapsulado”. Con gases lacrimógenos, golpizas brutales y detenciones de 26 manifestantes, el gobierno demostró su temor a la protesta social.

“Lo que tenemos ahora es un gobierno como el de Díaz Ordaz, como el de Ulises Ruiz, como el de Peña Nieto, como el de tantos otros, no importa el color que tengan”, afirmó la compañera. “No existe ninguna evidencia del delito de robo. Los jóvenes fueron rodeados por más de 50 granaderos. Fueron agredidos salvajemente. Víctor estaba todo golpeado, pero aún así logró zafarse. Mientras regresaba a su domicilio, antes de llegar al metro Bellas Artes, lo abordaron cinco agentes en un automóvil sin placas. Lo golpearon. Le apagaron un cigarro en su pómulo. Lo llevaron al Ministerio Público 50. Nosotros pusimos una queja por las violaciones de sus derechos humanos. Sin embargo fue 8 horas hasta que los jóvenes pudieron declarar su inocencia. Tuvimos que esperar 8 horas para que les tomaran la declaración. 10 minutos después, los llevaron al reclusorio”.

“Marcelo tiene cámaras en cada esquina del centro de la ciudad. Hay cámaras en el OXXO. Saben que nuestros compañeros no eran los que robaron la tienda,” agregó un compañero.

“Nuestro contingente de la Otra Campaña se detuvo a solidarizarse con el contingente anarkopunk bajo ataque de los granaderos… Ellos no cometieron agresiones. Nosotros tampoco. Fuimos agredidos. Yo era una de las golpeadas”, afirma una compañera atacada con saña por ser persona transgénero. “Lo que pasó el 2 de octubre es un crimen de estado. Utilizaron un pequeño incidente para atacar toda la marcha y para secuestrar a los compañeros”.

“Ellos deben salir libres ahora,” dice una de las compañeras atacadas en Atenco y encarcelada durante más de un año. “No queremos que lo mismo pase con ellos ––que tengan que estar encerrados durante meses antes de que reconozcan que no tienen nada contra ellos”.

En Oaxaca también hubo fuerte represión contra una de las tres marchas celebradas en esa ciudad el 2 de octubre. Un compañero reportó que hay 13 compañeros en la prisión Ixcotel, algunos de los cuales tienen fianzas de $380,000 y hasta $450,000 pesos. Pidió solidaridad con ellos.

El acto se completó con la buena música de La Otra Cultura para levantar el ánimo y mantener el ritmo de la lucha.

¡Pres@s polític@s libertad!

http://mexico.indymedia.org/


¿Independencia?

15 septiembre, 2009

Hoy y mañana, muchos mexicanos estaremos festejando las fiestas patrias.

Esto, mirándolo desde el punto de vista de la tradición me parece bien. Pues viendo que nuestro país se está hundiendo esto es algo así como una olla exprés que explota hoy con el grito de independencia, felicidad y libertad que dan los mexicanos a pesar de su asfixiante vida laboral.

Al menos hoy, se puede tener la sensación de que somos libres. Y pues, no es malo disfrutar el momento y seguir una tradición.

Sin embargo, creo yo que la verdadera situación no se debe dejar a un lado.

Digo, esta bien que tomemos un tiempo para festejar, pero también hace falta reflexionar.

Después del festejo todo regresa a la normalidad, todos los trabajadores regresan a su martirio que les ofrece este capitalismo salvaje que más explota a quienes menos tienen.

Creo que hace falta que todos estemos enterados de que no somos un país independiente… ¡el saqueo continua!

No somos libres, ni económicamente, ni políticamente, y cada vez lo somos menos culturalmente.

Los invito a que lean el texto del post anterior.

¿Qué celebramos el 15 de septiembre?

15 septiembre, 2009

Se aproximan las fechas en que celebramos la independencia de México.

Los festejos dan inicio desde el día 15.

Sin embargo, el grito de independencia lo dio el cura Hidalgo en la madrugada del 16. Y entonces,  ¿Por qué la celebración da inicio desde el 15?

Hace casi 100 años, cuando nuestro país vivía bajo una dictadura, cuando era presidente el General Porfirio Díaz, el dio inicio a la celebración de las fiestas patrias a partir del día 15. ¿por qué? …nadie se lo preguntó, simplemente festejaron.

Pues resulta que Porfirio Diaz quiso festejar su cumpleaños y agarrarse de las fiestas patrias para ello. Así es, Díaz inició la tradición de que la el aniversario de la Independencia de México se comience a conmemorar desde el día 15 de septiembre.

Así que, ya lo sabemos, si eres de los que dan inicio al festejo desde el 15, no se te olvide brindar por el General Porfirio Díaz, no olvidemos que lo que festejamos es su cumpleaños.