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La crítica a la violencia de Walter Benjamin y algunas reflexiones.

16 enero, 2014

Hacer una crítica de la violencia hoy en día puede resultar sumamente importante, ya que la violencia se ha convertido en algo cotidiano, en una manera de manifestar la decadencia de nuestras sociedades, de nuestra cultura, de nuestras vidas. Hoy el tema de la violencia es el más relevante: violencia en la casa, en las escuelas, en la calle, etc. Revisando el texto de Benjamin, Para una crítica de la violencia podemos entender hasta dónde puede llegar la legitimidad de la violencia en nuestra sociedad.

Dice Benjamin: “En lo que concierne a la violencia en su sentido más conciso, sólo se llega a una razón efectiva, siempre y cuando se inscriba dentro de un contexto ético. Y la esfera de este contexto está indicada por los conceptos del derecho y de justicia”1. Es decir, es el derecho y la justicia los que han determinado cuándo es correcto el uso de la violencia y cuando es incorrecto. Cuando se hace violencia dentro del marco de la ley, está justificada, cuando se hace sin apego a la ley es crimen o delito.

Al parecer la violencia se usa como un medio, medio para un fin, y ese fin, podemos pensar sencillamente que es el de la justicia y el derecho. Al menos eso es lo que dice el discurso oficialista de quienes tienen el uso legítimo de la violencia. La misma se usa, se dice, para mantener el orden, en contra de quienes lo transgreden y a favor de los desprotegidos.

Hay una perspectiva de la filosofía del derecho que considera que la violencia siempre está justificada mientras se use con fines justos; sin embargo, como ya mencionamos, esos fines «justos», están generalmente determinados por leyes establecidas, formuladas para mantener cierto orden de las cosas.

Existen argumentaciones, por ejemplo la de Hobbes en su Leviatán que aseguran que el hombre es violento por naturaleza, tal que cuando viven en semejante estado, todos se atacan constantemente, por lo que es necesaria la formación de un Estado, un poder soberano que sea el único capacitado para el uso de la violencia, y el cual sólo la debe usar para procurar la justicia y la paz. Esa parece ser la idea que todos tenemos respecto al problema de la violencia, la admitimos por parte del Estado porque creemos que lo hace en pro del beneficio general.

Según Benjamin, tal manera de concebir la violencia es totalmente opuesta al de entenderla como un dato histórico; pero aunque se diferencian en eso, ambas posturas tienen algo en común, y es la idea de que “fines justos pueden ser alcanzados por medios legítimos, y medios legítimos pueden ser empleados para fines justos”2. La diferencia es que la postura del derecho natural busca “justificar los medios por la justicia de sus fines”, es decir, justificar la violencia porque gracias a ella se mantienen el orden y la paz, la justicia.

La postura histórica en cambio intenta “garantizar la justicia de los fines a través de la legitimación de los medios”, dicho de otra manera, garantizar que los fines coincidan con la justicia siempre y cuando la violencia sea legítima. Lo que podemos encontrar de todo esto, es lo que se ha mencionado desde un principio, que la aceptación de la violencia va ligada necesariamente a la búsqueda de la justicia.

La teoría del Hobbes parece coincidir con la realidad en la mayoría de las ocasiones, pues los individuos entregamos nuestro derecho al uso de la violencia a un poder soberano que lo usará de una manera más prudente, justa y objetiva. O al menos eso suelen pensar la mayoría de los individuos. A partir de entonces, el individuo pierde su capacidad de generar violencia para lograr su propios fines personales, y cuando intenta hacerlo suele ser de manera contraria al derecho, cuando éste ya se ha establecido y definido. El derecho coarta la capacidad del individuo del uso natural de la violencia, dando al Estado la única capacidad legítima para su práctica.

Respecto al estado de naturaleza, donde el uso de la violencia se hace de manera natural y constante según la postura Hobbesiana la vida del hombre es totalmente incierta.

En una situación semejante no existe oportunidad para la industria, ya que su fruto es incierto; por consiguiente no hay cultivo de la tierra, ni navegación, ni uso de los artículos que pueden ser importados por mar, ni construcciones confortables, ni instrumentos para mover y remover las cosas que requieren mucha fuerza, ni conocimiento de la faz de la tierra, ni cómputo del tiempo, ni artes, ni letras, ni sociedad; y lo que es peor de todo, existe continuo temor y peligro de muerte violenta; y la vida del hombre es solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve3.

Hobbes es uno de los ejemplo más claros que pueden tenerse de justificación del monopolio de la violencia por parte del Estado. Donde no hay Estado que ejerza tal monopolio y controle las pasiones de los hombres, los intereses naturales y por lo tanto, la violencia natural, no existe ningún tipo de progreso humano según su teoría.

Podríamos responder a las argumentaciones de Hobbes con la crítica a la violencia de Benjamin cuando dice:

podría tal vez considerarse la sorprendente posibilidad de que el interés del derecho, al monopolizar la violencia de manos de la persona particular no exprese la intención de defender los fines del derecho, sino mucho más así, al derecho mismo. Es decir, que la violencia, cuando no es aplicada por las correspondientes instancias de derecho, lo pone en peligro, no tanto por los fines que aspira alcanzar, sino por su mera existencia fuera del derecho.4

El Estado como autoridad y como poder centralizado tiene una carga histórica apegada al uso de la violencia para no ser derrocado en sí mismo. Cuando el Estado usa la violencia en mayor grado suele ser en contra de opositores más que de delincuentes. La violencia estatal es más usada para contrarrestar el «desorden» que busca combatir el orden que impone el derecho que para castigar injusticias.

Según Walter Benjamin, y de acuerdo con él, el derecho actual parece temer a la violencia individual, «ilegítima». Cuando el derecho se formula y establece, como ya se mencionó, el derecho individual al uso de la violencia queda suprimido, lo cual, imposibilita la organización alternativa de individuos en contra del poder conformado de manera legal. El Estado y sus representantes normalmente no están dispuestos a perder el poder soberano otorgado por la generalidad, y más aún cuando han obtenido semejante poder a través de la conquista5. Se tiene el miedo constante a que los propios súbditos se rebelen y busquen liberarse de las cadenas invisibles de las leyes, y con lo cual el soberano dejaría de ser soberano y perdería el poder que tenía sobre los demás.

Benjamin recurre al ejemplo de la lucha de clases para ayudarse a ilustrar el temor que el Estado tiene hacia la violencia que se escapa a su monopolio. Cuando los obreros por ejemplo deciden irse a la huelga, lo hacen en busca de obligar a la patronal a mejorar sus condiciones de trabajo, es decir, lo hacen buscando cambiar el derecho. Si en un principio el derecho era que no tuvieran ningún tipo de prestaciones y con la huelga consiguen tenerlas, el derecho ha cambiado, y se ha hecho a partir de la violencia organizada de los individuos que no aceptaron seguir sometidos al derecho primero.

Entonces, con esa violencia no Estatal, puede conseguirse cambiar el derecho, el cual ya no va a ser como los dirigentes de una sociedad lo decidan, sino como los súbditos lo consigan, incluso podrían arrancar el derecho actual por completo para establecer otro, en busca tal vez de mayor justicia o condiciones de vida. Por ese motivo el derecho teme, no que se haga injusticia a partir de la violencia, sino que teme desaparecer en sí mismo.

Sin embargo, siguiendo el ejemplo de la huelga, y el mismo Benjamin hace tal distinción, hay dos tipos de huelgas, la política y la proletaria, y mientras una se somete también al poder estatal, la otra critica y es subversiva a la hora de la búsqueda de fines. Mientras que la huelga política dialoga con el Estado, se somete a sus reglas, se manifiesta tratando de modificar el derecho, el orden establecido y busca un acuerdo común entre ambas partes, la huelga proletaria “se propone como único objetivo, la liquidación de la violencia estatal”6.

Si la huelga general política busca tener mejores condiciones de trabajo, lo hace siempre bajo el marco de la misma ley. Aunque el Estado ceda y dé esos beneficios pedidos, sigue teniendo el control de los súbditos, pues ellos mismos han pedido la modificación a manera de permiso. La huelga general proletaria es subversiva en todos sus sentidos, no le pide al Estado que mejore sus condiciones, sino que las mejora por sí misma. “Si la primera concepción de la huelga es fundadora de derecho, la segunda es anarquista”7.

Benjamin hace otra distinción entre tipos de violencia, la mítica y la divina. Éstas,

son siempre contrarias. En tanto que la violencia mítica es fundadora de derecho, la divina es destructora de derecho. Si la primera establece fronteras, la segunda arrasa con ellas; si la mítica es culpabilizadora y expiatoria, la divina es redentora. Cuando aquella amenaza, ésta golpea”.

Según esta categorización, la huelga general política sería violenta en sentido mítico, mientras que la proletaria sería divina. La huelga general política busca establecer un nuevo derecho al pedir o exigir concesiones al Estado, busca que el derecho se re-formule, y eso es querer imponer un nuevo derecho, por eso es mítica. La huelga general proletaria busca destruir la violencia de Estado, es decir, busca liberarse del derecho, destruir el derecho, y por eso es redentora, divina.

La violencia divina no trata de imponer nuevas reglas, sólo busca destruir las existentes, liberarse de ellas. Todos los movimientos reformistas o revolucionario vendrían a ser violencia mítica cuando al final cambian una constitución por otra, o modifican la misma, pues sólo hacen violencia para imponer nuevas voluntades, nuevas reglas y nuevos amos. La violencia divina sólo se vendría a dar tal como Benjamin lo afirma, en una huelga (o movimiento) anarquista, el cual nunca terminara, porque buscaría constantemente liberarse, ya que en el momento que se terminara, quedaría sin alternativa posible, establecido un nuevo derecho, lo cual le haría perder el carácter divino.

Todo movimiento social que en su formación contiene pliegos petitorios, exigencias, demandas o cualquier tipo de objetivo definido resulta mítico. Incluso aquellas revoluciones anarquistas que plantean muerte al Estado y la libre asociación de los individuos en sociedades colectivas. Su nuevo derecho sería la libre asociación por lo que también sería fundadora de derecho.

La única manera de violencia divina es aquella que se levanta en la simple búsqueda de la liberación, de la destrucción del orden establecido. Los movimientos que no buscan imponer nada, los que no exigen otra cosa más que el desmantelamiento del derecho actual. Por eso no es posible una violencia divina que sea capaz de finalizar. La violencia divina nunca termina mientras sea divina, y cuando lo hace, ya no es divina y se hace mítica. La violencia divina es constante en su lucha por la destrucción de un orden.

Cuando dos sociedades diferentes se enfrentan en una guerra y una conquista a otra, la violenta míticamente. Cuando un Estado reprime a sus súbditos que se revelan ante él, lo hace en busca de mantener el orden del derecho, por lo que también es mítica. Al mismo tiempo quienes se revelan y hacen peticiones, buscan fundar un nuevo derecho. La violencia divina parece no estar en ninguna parte, porque todo movimiento violento conocido busca imponer alguna voluntad.

Así, el Estado teme a la violencia que se escapa de sus manos. No teme tanto a la huelga general política porque como ya se describió, la tiene controlada, y cuando se enfrenta a tal exigencia, los mismos huelguistas reconocen la autoridad que el Estado tiene sobre ellos, pues le piden que les mejore sus condiciones laborales. A lo que el Estado teme profundamente es a la huelga general proletaria, ya que es la que realmente se escapa a sus manos, pues no toma al Estado en cuenta, simplemente actúa, lo cual quita poder al soberano, quita poder al derecho, y como ya se analizó anteriormente, a eso es a lo que en realidad teme, a su propia desaparición y no tanto al uso de la violencia para cometer injusticias.

El Estado acostumbrado al poder y a sobreponerse encima de sus súbditos, no quiere abandonar su puesto, no quiere dejar de mandar sobre otros, y por esa razón teme a quien no lo toma en cuenta, teme a la huelga general proletaria, teme a la violencia divina que simplemente busca descomponer las estructuras del poder Estatal. De esta manera tenemos que la violencia no ejercida por el Estado es ilegítima, pues aunque suele buscar fines personales, no abarca lo que el derecho y la justicia establecidas dictan, y lo que dictan es tal como el Leviatán Hobbesiano afirma, el monopolio de la violencia por parte del poder soberano. De tal manera, ese poder puede asegurar su posición y su dominio. Si permite la violencia externa su existencia queda en peligro, y por lo tanto, ha de acomodar el discurso para que toda violencia que no se someta a su poder sea mala, injusta, injustificada e ilegítima.

Incluso se nos dice cotidianamente hoy en día en las diferentes «democracias» que la violencia es el medio que debemos evitar. Los gobiernos de toda la civilización (al menos la occidental) promueven el diálogo antes que la violencia, pero ellos mismos no toman la iniciativa. Los Estados siguen haciendo uso de la violencia contradiciendo su propio discurso. Fomentan el diálogo porque temen que la violencia externa acabe con su existencia, pero siguen protegiéndose a sí mismos a través de ella. Pero esa constante lucha es la que le sigue dando vida a la violencia divina, pues mientras haya un orden establecido que combatir, ella parece estar presente.

1Walter Benjamin, Para una crítica de la violencia, p. 23.

2Ibídem, p. 24.

3Hobbes, Thomas, El Leviatán, México, Fondo de cultura económica, 1940, p. 103.

4Walter Benjamin, Op. Cit., Nota, 1. p. 26.

5Hobbes Distingue dos formas diferentes de conformar un estado: Por institución y por conquista. Cuando los hombres se ponen de acuerdo entre sí, para someterse a algún hombre o asamblea de hombres voluntariamente, en la confianza de ser protegidos por ellos contra todos los demás. En este último caso puede hablarse de Estado político, o Estado por institución. Cuando después de una guerra el vencedor ofrece al vencido su vida a cambio de su libertad y su sometimiento se forma un estado a través de la conquista. Hobbes, Thomas, El Leviatán, México, Fondo de cultura económica, 1940, p. 141.

6Walter Benjamin, Op. Cit., Nota, 1. p. 36.

7Ibídem, p. 37.

La imposición de la historiografía en la cultura occidental.

9 diciembre, 2013

La ciencia de la historia, o podríamos decir, la historiografía, específicamente la historiografía estudiada y conformada por los historiadores de la cultura occidental, es una ciencia que tiene y da mucho de qué hablar al analizarla desde una perspectiva filosófica, es decir, cuando se hace filosofía de la historia.

 Si bien “la historia” (entendida la historia como la ciencia que se dedica al estudio de los hechos) es aceptada y reconocida por la gran mayoría como cierta, como una verdad universal. De algún modo podemos llegar a pensar que esa manera de concebir las cosas parte de una imposición, misma que parte de una serie de intereses, los cuales pueden ser ideológicos, sociales, políticos y hasta económicos por parte de aquellos que han hecho esa historia.

 ¿Y quienes han hecho la historia? La respuesta es fácil y sencilla, fácil de intuir, pero más aún, repetida la respuesta infinidad de veces. Las historias las hacen los vencedores de los conflictos, y como la historia es un conjunto de historias entrelazadas entre sí, tenemos que la historia en general está escrita por los que han vencido en los diferentes conflictos que han dado paso a que haya historia, los que han resultado triunfantes de aquellos cambios que el mundo ha tenido.

Sin duda alguna existe la historia tal cual, los hechos que a lo largo del tiempo realmente han sucedido. Y existe también aquello de lo que hemos hablado en estos primeros párrafos, la ciencia que estudia esos hechos, a lo que también solemos llamar historia. No necesariamente ambas coinciden, o al menos no coinciden por completo. A veces nos cuentan ciertas personas cercanas a nosotros historias que les han sucedido, o cosas de las que han sido testigos, y que sin embargo, nunca hemos visto, y seguro no veremos escrito en los libros que nos aseguran contarnos la historia.

 Los libros de historia parecen estar orientados al estudio de aquellos hechos históricos que han trascendido, que han sido importantes de alguna manera para la humanidad; sin embargo, ¿quién ha determinado lo que puede ser o no importante para la humanidad? ¿quién decide pues lo que ha de aparecer en los libros de historia? Y ¿qué criterios usan para hacer semejante selección?

 Podemos aceptar y reconocer sin mayor problema la imposibilidad de capturar la totalidad de la historia, es más, no podríamos siquiera hacer un recuento de lo que ha sucedido en el último segundo de tiempo en todo el mundo. La cantidad de procesos, hechos, reacciones, movimientos, cambios, etc., es infinita que resulta imposible para seres finitos como lo somos los humanos hacer semejante recapitulación de hechos. Y menos podríamos hacer esa recapitulación cuando nos damos cuenta que cada instante que pasa es un instante de historia más.

 Todo es historia, el mismo presente es ahora historia, porque en el momento en que se enuncia o se piensa es algo que ya pasó. El presente en ese sentido no existe más que como ente metafísico, al igual que el futuro, el cual es incierto. Lo único certero que puede existir es la historia, aunque suele contarse mutilada o distorsionada de acuerdo a ciertos intereses que ya mencionamos. La historia como tal, los hechos que forman esa historia, pasaron como pasaron y eso es lo certero, lo que nadie puede cambiar.

 Pero seguimos con las cuestiones, quiénes y por qué deciden lo que ha de contarse como la historia “oficial”. Por ejemplo, es muy interesante leer la investigación de Martin Bernal, la cual titula Atenea Negra, y en la que habla en su primer volumen de la invención de la antigua Grecia. Según su tesis existen dos modelos de la historia de Grecia, y se habla específicamente de la antigua Grecia porque es lo que lo que occidente considera la cuna de su cultura.

 Los dos modelos son el ario y el antiguo. El primero considera que Grecia es esencialmente europea o aria, el segundo la ve como una civilización medio-oriental, situada en la periferia del área cultural egipcia y semítica. Bernal ha encontrado evidencia de que los griegos siempre consideraron el modelo antiguo como la base histórica de su cultura; sin embargo, a mediado del siglo XIX se impuso y desarrolló el modelo ario como si fuera la verdadera historia de Grecia, sin considerar ya ningún aspecto del modelo antiguo que hasta entonces había sido reconocido oficialmente como la historia.

 Hubo un cambio de paradigma respecto a lo que se consideraba como la historia oficial, puede decirse, hubo un cambio de la ciencia normal1. La historia de Europa está hundida en la ideología del racismo, del antisemitismo y del desprecio a las otras culturas. Lo africano es bajo respecto a lo europeo, el semitismo es inferior al cristianismo, y sin embargo, la tradición antigua afirmaba que el mundo europeo tenía esas raíces. Por eso la “casta aria” parece haberse visto en la necesidad de crear esa nueva historia la cual afirmara que el origen de su cultura era la Europa misma y no una venida de lo que ellos consideraban como inferior.

 Lo que sucedió entonces es que hubo un cambio de paradigma respecto a lo que entendemos como la ciencia que estudia la historia. La historia misma no cambio, los hechos que sucedieron siguieron siendo los mismos, con las mismas características y rasgos, pero fueron vistos y tomados a partir de ese entonces desde otra perspectiva, desde otra manera de ver las cosas. Kunh mismo reconocía así los cambios de paradigma, cuando suceden, no es que las cosas o fenómenos empiecen a funcionar de otra manera, sino que simplemente se cambia la manera en que se ven, entienden y comprenden. La historia en sí entonces no cambio, sino que cambio el discurso sobre cómo entenderla y concebirla.

 Pero ¿cómo pudo adaptarse toda una cultura a entender las cosas de una manera distinta a como lo habían entendido hasta entonces? La educación que en las distintas sociedades se recibe tiene una importante implicación en tal hecho. Martin Bernal dice:

Lo corriente es que los estudiantes sean introducidos poco a poco en las materias que se disponen a trabajar, como si fuera un misterio que se les va desvelando gradualmente, de suerte que, cuando llega el momento en en que están en condiciones de ver su campo de estudio en su integridad, se hallan tan embuidos de prejuicios y esquemas de pensamiento convencionales, que les resulta prácticamente imposible poner en cuestión las premisas más elementales.2

Así, podemos ver como es que generalmente las disciplinas dadas están ya determinadas por una serie de características que se predisponen para aprender, las cuales manejamos de acuerdo a como se han determinado las cosas y por lo tanto, sólo obtenemos los resultados ya conocidos de antemano.

 El modelo ario fue en algún momento de la misma historia sacado a la luz, a pesar de que de él nunca antes se había oído hablar, se introdujo en los programas de estudio de las sociedades occidentales y la ciencia de la historia cambio totalmente. En ese sentido no podemos decir que tenemos una noción del todo certera acerca de cómo han transcurrido los hechos de nuestro pasado, sino que esos hechos han sido trastocados y arreglados a manera de la conveniencia para cierto tipo de tradiciones y aspectos sociales.

 Siempre se nos habla y se dice que la cuna de la historia de occidente se encuentra ubicada en la antigua Grecia; pero nada se dice de que antes de Grecia, los egipcios llevaban ya años de civilización y que muchos rasgos de su cultura se han hallado también en los griegos, tal y como Bernal lo asegura en su trabajo. No es difícil imaginar que si ambas culturas comerciaban y tienen aspectos semejantes en sus formas de vida, la cultura griega retomó muchas características de los egipcios si ellos existían en el mundo desde mucho tiempo antes que los griegos.

Es interesante hacer este tipo de análisis y poner en duda o cuestión todos esos aspectos de nuestra historia y nuestra cultura. No porque se nos enseñe que occidente es lo mejor del mundo se ha de dejar por completo de voltear a ver qué más podemos encontrar. Occidente es una cultura joven respecto a otras más que en tal caso, no estaría nunca de más analizarlas y ver, tal como lo ha hecho Bernal, que muchas cosas que consideramos nuestras pueden provenir de donde menos lo esperemos.

1Tomando como definición de ciencia normal lo que Thomas S. Kuhn consideró en su obra La estructura de las Revoluciones científicas: La investigación basada firmemente en uno o más logros científicos pasados, logros que una comunidad científica particular reconoce durante algún tiempo como el fundamento de su práctica ulterior.

2Atenea Negra, Volumen I, La invención de la antigua Grecia, Barcelona, CRÍTICA, p. 31.

Las tecnologías de la información como el método más eficaz de control humano y las alternativas comunitarias que mantienen la libertad de usuario

26 marzo, 2013

“Nada nos libera tanto como la tecnología. Nada nos esclaviza tanto como la tecnología”1. Así da inicio Naief a la introducción de su obra Tecnocultura, y un par de párrafos más adelante dice: “la tecnología puede ser considerada como una autopista hacia la realización completa del ser humano o como un laberinto de espejos”2. Contrastantes declaraciones, pero interesantes de analizar. Hoy en día vemos que nuestras sociedades se guían por el desarrollado avance tecnológico que los científicos han llevado bastante lejos. Al día de hoy, es difícil pensar nuestra vida sin tecnología. Qué sería de muchos de nosotros sin una computadora, sin un teléfono móvil, sin una cámara digital, sin redes inalámbricas en donde podamos conectar todos esos artefactos a la vez.

Hemos nacido en un mundo tecnologizado a tal grado que, llegamos a creer (en especial las más jóvenes generaciones) que todos estos dispositivos tecnológicos que nos rodean son inherentes a nuestra vida, que son necesarios y que nunca deben faltarnos. Un simple celular, el cual su función principal es comunicarse, hoy nos puede servir para una infinidad de cosas, además de hacer llamadas, enviar mensajes de texto, tomar fotos, videos, llevar nuestra música favorita a todas partes, agendar nuestras actividades, recibir noticias, hacer cálculos matemáticos, etc. Un montón de artefactos en uno solo. ¿Cuándo nuestros abuelos, e incluso nuestros padres se imaginaron esto hace algunas décadas?

Lo destacable aquí es que, nuestras vidas parecen depender de la tecnología, ya que hacemos uso de ella para tantas actividades, consecuencia del mismo hecho de que en ella encontramos tantas herramientas «útiles». Para muchos, olvidar el celular es sentirse frustrados a cada momento, pues atrapa al individuo una especie de terror, a la incomunicación, a estar desinformado de lo que pasa en el mundo, a no poder captar aquellos momentos tan importantes… Nuestros artefactos nos facilitan y nos brindan tanta comodidad en nuestra vida diaria que, nos hemos acostumbrado tanto a ellos que cuando nos faltan nos sentimos incompletos.

Es entonces cuando las palabras de Naief toman sentido, pues mientras por un lado la tecnología nos libera, pues nos ahorra mucho trabajo que tendríamos que hacer manualmente y con más dedicación a cada momento, nos evita tantas fatigas, tanto tiempo, nos facilita lo que hacemos en cada momento, por el otro, parece que de la misma manera nos esclaviza, pues de alguna manera nos sentimos sus siervos, ya que sin ella creemos no poder vivir, sin ella sentimos no poder avanzar, no poder realizarnos, no poder trabajar, e incluso, no poder entretenernos. Y por esa paradoja podemos llegar al otro par de afirmaciones, la tecnología ciertamente puede ser considerada como una autopista hacia la realización del ser humano, ya que ella nos permite realizar nuestros trabajos con más facilidad, con más rapidez y con más precisión, entre otras ventajas, acelerando y mejorando de esa manera nuestras producciones y nuestra calidad de vida; sin embargo, esta situación puede verse también como un laberinto de espejos, ya que abusar de ella está generando un cúmulo de perjuicios no sólo al género humano, sino a toda la vida que existe sobre la tierra y a la naturaleza entera. Dependemos de la tecnología, y por conseguirla nos esclavizamos solos, y esclavizamos a otros. Además, explotamos a la naturaleza, la exprimimos con tal de generar mejores tecnologías, y con esas mejores tecnologías, intensificamos la explotación y el dominio sobre todo, vidas y cosas.

Pero casi nadie se da cuenta de las graves implicaciones que tiene abusar del uso de todos los inventos que la ciencia nos proporciona. En general, los individuos piensan que la tecnología es lo mejor que nos puede suceder, y apoyan a cada instante su desarrollo. Se espera con emoción la salida de nuevas versiones y/o modelos de nuestros artefactos o programas favoritos, pues soñamos constantemente con esas nuevas funciones que tendrán, esas nuevas comodidades que nos traerán; lo que pocos se detienen a analizar es, las implicaciones de todas esas novedades, el impacto que tendrá en la sociedad y en la naturaleza.

Pero analicemos semejante situación con más detenimiento. ¿Qué es en esencia la tecnología? Según la definición de Naief, “es una colección de instrumentos inanimados para fines específicos”3. Sin embargo como he mostrado anteriormente con el ejemplo del celular, un solo artefacto puede tener múltiples fines. En ese sentido podemos retomar las palabras de Naief, cuando asegura que “la tecnología ha demostrado ser expansiva, mutable y en ciertos casos parecería una fuerza con vida propia, capaz de engendrar fenómenos inesperados”4, ya que cuando tenemos un artefacto, buscamos generalmente aquel que tenga el mayor número de funciones, el que nos pueda resolver el mayor número de «necesidades», por lo que después, se nos hace la vida casi irrealizable si nuestro artefacto nos hace falta, pues nos saca de tantos problemas y apuros que resulta indispensable para nuestras actividades diarias, ya que la tecnología ha penetrado en todos los ámbitos de la vida, incluso para actividades sencillas de realizar manualmente.

En ese caso, resulta más convincente y certera la segunda definición que el Naief brinda:

“La tecnología es también un proceso que ha logrado penetrar en todos los ámbitos de la vida y la cultura, adquiriendo enorme complejidad, volviéndose un fenómeno aparentemente autónomo y fuera de control, que se rige con una lógica de sustitución compulsiva de productos y de consumo voraz”5

Cuando el uso de la tecnología alcanza ese nivel de esencia en una sociedad, es cuando podemos decir que pareciera una fuerza con vida propia, ya que domina en cada una de las actividades sociales e impone en cierta forma maneras de vida, pues los individuos y grupos de individuos se adecuan a vivir con ella de manera dependiente a su uso y adquisición, a lo que el profesor de la universidad de Notre Dame, R. L. Rutsty señala que es una tecnocultura6.

Pero la situación va más lejos, ya que, “la relación que podemos establecer con un teléfono celular, una computadora, un auto o una televisión de plasma no puede considerarse meramente utilitaria, sino que va más allá, aproximándose al tipo de emociones que invertimos en nuestros seres queridos”7. Muchas veces tenemos un interés en nuestros objetos que va más allá del utilitario, es decir, nos podemos encadenar a él no simplemente por aquellas necesidades nuestras que va a cubrir, sino que estimamos su posesión por sí misma.

Al parecer lo que nos ha orillado tanto al uso excesivo de la tecnología ha sido que, desde sus inicios justamente nos sirvió para facilitarnos ciertas actividades, de una manera adoptarla como una herramienta “instrumental de la realidad para transformarla, y así adaptar nuestro entorno”8. Sí, adaptar nuestro entorno, y todo de una manera un tanto egoísta del hombre, como si el entorno entero estuviera ahí para que él mismo dispusiera de la manera que quisiera de todo. Si queremos modificar algo, una herramienta nos ayuda a hacerlo si no podemos hacerlo manual, y por eso “percibimos a la tecnología como un remedio infalible, como un poder capaz de reordenar el caos, de imprimir orden a la naturaleza y resolver nuestras ansiedades”9. Somos una especie que no se siente digna de adaptarse a su medio, sino que quiere adaptarlo a él, no nos basta con tantas cosas que el entorno nos da naturalmente, sino que usamos exprimidor (la tecnología) para sacarle más de lo que naturalmente nos brinda. Usamos técnicas diferentes que nos permitan moldear nuestro entorno a nuestro favor, y la técnica como dice Ortega y Gasset, “es lo contrario de la adaptación del sujeto al medio, puesto que es la adaptación del medio al sujeto”10, lo cual asegura inmediatamente, debe hacernos sospechar que esa es una manera de proceder opuesto a los procesos biológicos.

Ahora, hay un tipo de tecnología que Naief en su texto llama «alta tecnología»11, y con ella se refiere a “las tecnologías más recientes y novedosas, a las que ocupan un nivel más alto de desarrollo en determinada área y que también se denominan tecnologías de punta, de vanguardia o de última generación”12, a ella ya me he referido un poco cuando dije que generalmente siempre preferimos tener aquellos artefactos que más funciones nos ofrecen, y es así, porque son lo más novedoso, y por lo tanto, los más «útiles y atractivos».

La alta tecnología ciertamente, tal como asegura Naief, “suele llegar al mercado con una apariencia específica y atractiva: función y estilo van de la mano”13. Y es ahí cuando más se manifiesta la atracción por el objeto mismo más allá de su utilidad. Así se dan hoy en día las cosas cuando nos referimos a las tecnologías de la información, todas aquellas herramientas principalmente que necesitan para su uso redes WAN (Wide Area Network) o redes de área amplia, es decir, redes a que se conectan a todo el mundo o al menos a amplias partes de él, como lo son los diferentes servidores de Internet, pueden ser computadoras o celulares, entre otros artefactos que desconozco sus nombres.

Dice Naief,

la alta tecnología se presenta como deseable y sexi, es una combinación de función y apariencia y no es algo únicamente capaz de resolver problemas prácticos. Un producto de alta tecnología es, por lo menos por un tiempo un objeto valioso en sí mismo, es un símbolo de consumo, capitalismo y estatus que engendra una tecnomanía, una obsesión que no permite ver los problemas que eventualmente presentan las soluciones tecnológicas ni el verdadero costo de la sonambulización de la cultura. Esto se traduce en que perdemos de vista las implicaciones sociales, culturales, morales y políticas de las innovaciones tecnológicas, las que tendemos a ver como neutras e incluso inevitables14.

Y muy acertadamente, la alta tecnología tiene un valor en sí mismo, da estatus, ya que quien la obtiene es reconocido y distinguido entre los demás individuos en la mayoría de los grupos sociales. Las empresas generadoras de tecnologías buscan por ello, dar la mejor apariencia posible a sus productos, pues es un requerimiento importante a la hora que el usuario lo elige. Los usuarios por otro lado sufren una cierta costumbre a su uso que no se detienen a preguntarse las posibles consecuencias que se pudieran generar al actuar de esa manera respecto a los avances tecnológicos, y menos son capaces de pensar su vida sin ellos.

Cuando compramos una computadora por ejemplo, además del objeto físico también consideramos los programas con que la manejaremos. Bien, los instrumentos que utilizamos para informarnos, comunicarnos, trabajar, etc. digitalmente son hoy en día requerimientos básicos para llevar una vida «normal». Ciertamente estas tecnologías resuelven gran parte de nuestras tareas diarias, nos facilitan la vida de una manera impresionante. Pero por otro lado como ya se mencionó, esclavizan nuestras vidas, y según mis reflexiones, lo hacen más allá de su excesivo uso, sino que lo consiguen con el uso simple de ellas.

El software que utilizamos para una computadora, por ejemplo, hay de muchas variedades y para diferentes tareas y generalmente la mayoría de la población está familiarizada con software privado, de código cerrado. Un software es un programa informático que puede tener una o varias funciones específicas determinadas por un código, realizado a base de un lenguaje de programación el cual a su vez se conforma de operaciones lógicas-matemáticas, las cuales hacen funcionar ese software, y las cuales son determinadas por sus programadores, hasta donde sé, humanos.

Sin embargo, ese software, y me refiero al privado, al que la mayoría preferimos acceder, no suele mostrarnos todas sus funcionalidades. El programador puede, si así lo quiere, escribir secciones del programa que sean invisibles para el usuario. Es decir, generalmente nosotros adquirimos un software, un sistema operativo, por ejemplo, el cual nos sirve para poder organizar el resto de nuestros programas y nuestra información. Los sistemas operativos más utilizados son, Windows, MacOS, y Linux en sus diferentes distribuciones. Windows y MacOS son privados, y no permiten a los usuarios acceder al código fuente, es decir a la escritura del programa para ver y conocer sus funcionalidades. Ese secreto del ocultamiento de su código da a pensar que puede haber algo ahí escondido que, podría vigilar cada uno de nuestros movimientos cada vez que encendemos nuestra computadora, siempre, claro está, que estamos conectados a una WAN.

Los fines pueden ser distintos, como por ejemplo, comercializar con nuestra información, o sea, vender nuestros datos a otras empresas comerciales. De la misma manera pueden funcionar todo tipo de programas y utilidades de software privado, como los ejemplos que da Naief, Google entre ellos, el motor de busqueda por la web más utilizado hoy en día por los usuarios de Internet. Con esta herramienta nosotros podemos buscar en la red, lo queramos, todos nuestros intereses, es decir, tecleamos constantemente en una caja de diálogo que captura toda nuestra información y busca en las diferentes páginas web que existen en la red. Pero además, es muy probable, y no dudo que así sea, esa información que introducimos en la caja de texto es enviada a un servidor que almacena millones de datos, los cuales alguna otra utilidad tendrán, como venderlos a diferentes empresas comerciales. Saber qué es lo que la gente prefiere y busca no es de poco interés para el mercado, y de alguna manera servicios aparentemente gratuitos como los que ofrece google deben de ser sustentados.

Pero además del buscador, un sitio como google tiene un montón de servicios, como servidor de correo electrónico, chat, servicio de blog, un “ojo en el cielo”, como lo menciona Naief15, refiriendose a Google Earth, y algo que parece estarse adelantando más que el resto de los servicios, su red social Google+. Google está obteniendo bastante poder sobre sus usuarios, y ellos se lo están entregando tranquilamente, sin darse cuenta de lo que podrían ocasionar. Le entregamos nuestra información a google en muchos aspectos de nuestra vida con cada uno de sus servicios. Además de que conoce cada una de nuestras búsquedas, almacena nuestra correspondencia, nuestras conversaciones, nuestros intereses en general. Y además de vigilarnos virtualmente mediante todas estas herramientas, tiene ese ojo en en cielo con que puede vigilar los movimientos de acá abajo físicamente. Por otro lado, con esa herramienta que parece estar revolucionando, que es google+, parece que no nos podremos desprender de esa empresa. Es un mundo posible hecho realidad, el mundo virtual que los humanos hechos creado posiblemente con buenas intenciones, como ayudar al desarrollo de las sociedades; sin embargo poco hemos tenido en cuenta las consecuencias de su implementación de la manera en que se está haciendo.

Si Facebook, la red social más utilizada hoy parecía tener mucho poder, pues de igual manera a esta red solemos confiarle nuestra información personal, google con su arsenal de herramientas, pero principalmente con su red social que empieza a robarle aceleradamente los usuarios a Facebook se perfila a ser un verdadero imperio que dominará a sus usuarios sin que ellos se den cuenta o peor aún, sin que les importe o crean que les afecte. Facebook fue catalogado por muchos Hacktivistas16 y críticos como «el gran hermano de la realidad». Sí, el gran hermano como el descrito en la novela de George Orwell, una especie de ser invisible, pero inimaginablemente poderoso que vigilaba cada uno de los movimiento de todos sus súbditos. Esto porque de alguna manera Facebook así parece funcionar, pues almacena datos personales, gustos de todo tipo, estados de ánimo, e incluso muchos usuarios suelen decirle al Facebook cada una de las actividades que realizan a cada momento. Es decir, nosotros mismos le concedemos a la red social la información que necesita para vigilarnos. No nos miran a través de cámaras bien escondidas como en la novela, sino que cada uno de nosotros introducimos en la caja de texto lo que el gran hermano necesita saber, nosotros mismos nos sometemos a su vigilancia. Pero hoy parece que el control se le está yendo a Facebook de las manos, y lo acapara Google y su creciente red social. Parece inevitable, ya que como Naief lo refiere acertadamente:

Internet crea una atmósfera semejante a la de una secundaria en que ser como los demás es garantía de no ser marginado […] se caracteriza, paradójicamente, por producir en los cibernautas el efecto de la manada, por sembrar un desprecio por la autentica originalidad y por ridiculizar a la disidencia”17.

Así, cuando la manada comienza a mudarse al nuevo sitio, al que está de moda, al que puede referirse como la alta tecnología, el resto los sigue, ya que no es válido quedarse en lo que ya es historia, tal como encontramos muchos ejemplos en Tecnocultura de sitios que si en su tiempo fueron los más populares, las nuevas tecnologías los reemplazan y los usuarios se mudan a lo novedoso.

Estos sitios, controlados por software que parecen esconder muchas de sus funcionalidades, que me atrevería a decir, de las más importantes, intentan controlarlo todo, parecen querer convertirse en los amos de la vida de sus usuarios. Hoy mismo me he encontrado con una nueva noticia:

“Microsoft ha anunciado que si los fabricantes de ordenadores quieren distribuir sus productos con el logo de compatibilidad con Windows 8, deben implementar una medida llamada «arranque seguro». Arranque Seguro está diseñado para proteger contra malware previniendo que las computadoras carguen programas binarios no autorizados en el arranque. En la práctica, esto significa que los equipos que implenten esta característica no podrán arrancar sistemas operativos no autorizados — incluyendo los sistemas inicialmente autorizados que han sido modificados sin ser aprobado de nuevo.”18.

Una herramienta que no dista mucho de lo que ha venido haciendo la otra gran transnacional de las tecnologías de la información, MacOS, asegurando a sus usuarios a que sólo utilicen sus productos y nada ajeno a ellos.

Muchos usuarios de computadoras, principalmente interesados en las herramientas de información libres, cuando adquieren un equipo de cómputo, instalan más de un sistema operativo en un mismo ordenador. Lo más común es, un Windows y una distribución de un sistema libre, como Linux o FreeBSD. Generalmente con la intención de cambiarse definitivamente al software libre, pero continúan con una partición en su disco duro donde tienen Windows para cualquier emergencia, por si no saben como realizar alguna tarea en su sistema libre o por alguna incompatibilidad de software que llegaran a tener con alguna de sus amistades. Con esa medida, se corre el riesgo de que los usuarios ya no tengan la posibilidad de instalar en sus computadoras algo diferente de Windows. En los últimos años el software libre, principalmente Linux, le ha ganado mucho terreno a los sistemas privativos, es una situación que preocupa y alarma a los empresarios del software, por lo cual necesitan implementar nuevas medidas que contengan a sus usuarios utilizando sus productos, ya que de otra forma no perderían sólo sus ganancias económica, sino que perderían poder político al dejar de tener acceso a la información personal de los individuos si estos dejan de utilizar sus herramientas y programas.

Esta realidad resulta escalofriante, y más cuando me encuentro en Tecnocultura cuál es la propuesta de google para un futuro, la cual desconocía hasta ahora: “La propuesta de google es que en el futuro estaremos mejor si nuestro cerebro fuera aumentado o sustituido por un dispositivo de inteligencia artificial conectado permanentemente a Internet”19. Parecieran los planes para un control definitivo sobre los individuos, con lo cual ya no habrá manera de ser perdidos de vista ni un solo instante por el gran hermano.

Estas herramientas de las tecnologías de la información, como ya lo mencioné se aparecen ante el público aparentemente gratuitas, pero la manera en que se mantienen funcionando es vendiendo la información de sus usuarios al mercado, para que sepan que producir, es decir, todo aquello que ya saben que les vamos a comprar porque hemos indicado que «nos gustan, nos interesan y las buscamos a menudo». Ahí es donde nos damos cuenta que pagamos constantemente por el uso de todas esas utilidades.

En este contexto tenemos que Internet nos ha conferido un poder sin precedente sobre la información, pero a la vez nos ha convertido en sujetos permanentemente vigilados”20. Más hoy en día, que podemos contar con dispositivos móviles, y con redes inalámbricas gracias a las cuales podemos conectarnos a redes WAN en casi cualquier parte a donde vayamos. “La miniaturización de los accesorios tecnológicos de cómputo y comunicación nos convierte en seres monitoreados a perpetuidad y ningún elemento de nuestra vida privada está a salvo de los ojos y oídos electrónicos”21. Ya no necesitamos esperar a llegar a casa para contarle al mundo (o a nuestro distribuidor de software o servicio de comunicación) lo que nos ha pasado durante el día, lo podemos hacer al instante, cuando nos sucede, ya que contamos con las herramientas para hacerlo y actualizarlo a cada instante, es así de fácil contar hoy en día nuestras experiencias, es así de fácil ejercer el control sobre todo el conjunto de individuos y sociedades. Eso claro está, sin tomar en cuenta el resquebrajamiento del tejido social que esto provoca, ya que me doy cuenta constantemente, los usuarios de estas altas tecnologías, revisan sus dispositivos cada vez más a menudo, pues reciben sus notificaciones y no pueden evitar muchas veces esperar un momento adecuado para revisarla, prefieren interrumpir sus actividades, su trabajo, su estancia en la vida real, por atender lo que ocurre en el mundo virtual. Que estas tecnologías tengan una especie de adictivo no es mera coincidencia, es una necesidad de las mismas compañías para que el control sea más intenso. Esto hoy que estamos conectados casi todo el tiempo mediante pequeños dispositivos, y no es muy difícil imaginarse cómo serán las cosas una vez que la propuesta de Google llegara a realizarse, pues si hoy en día se pueden conocer nuestros estados de ánimo, nuestras experiencias diarias, nuestros intereses y deseos, etc., al tener los individuos un dispositivo integrado al cerebro o sustituyéndolo, incluso se podrá saber lo que hoy aún podemos ocultar al mundo, nuestros más profundos pensamientos que cuando nosotros lo decidimos, no los compartimos aún. Parece que compañías como google quieren saber incluso eso. Son medidas de control, incontroladas. Los intereses políticos y económicos parecen prevalecer ante todo, las ganancias monetarias son el motor de esos nuevos avances, y a los grandes empresarios no parece importarles, y seguramente ni siquiera se detienen a pensar en que incluso ellos son afectados por esa situación.

Los científicos, en este caso, los programadores e ingenieros de estas tecnologías parecen no detenerse a pensar y reflexionar sobre sus inventos. Ellos se plantean un determinado objetivo, y sólo se fijan en conseguirlo, sin importar el camino ni los resultados secundarios que ellos puedan presentar. Si el fin predeterminado se cumple, las implicaciones no tienen cabida en en análisis del problema. Esa es una característica que parece definir a la gran mayoría de los científicos, no sólo de esta área, sino todas las de la ciencia y tecnología. Todo, generalmente parece por el buen vivir de la humanidad, ya que como plantea Ortega Y Gasset, “el empeño del hombre por vivir, por estar en el mundo, es inseparable de su empeño de estar bien. Más aún: que vida significa para él no simple estar, sino bienestar”22. Y creemos generalmente que vivir bien significa tener todas esa comodidades que la tecnología nos ofrece, evitarnos todas esas fatigas y ahorrarnos un montón de calamidades que tal vez sufriríamos sin ella. Una de las definiciones respecto a esto que Ortega Y Gasset da es que “la técnica es el esfuerzo para ahorrar el esfuerzo, o dicho en otra forma, es lo que hacemos para evitar por completo, o en parte, los quehaceres que la circunstancia, primariamente nos impone”23. Por eso nos es tan fácil acostumbrarnos a usar tecnología, porque nos brinda muchas facilidades para nuestra vida.

Existen ciertamente también, una serie de alternativas a todas estas formas de control que algunos han implementado al darle a la tecnología la orientación que hasta aquí he descrito. Las herramientas libres, que ya he mencionado son un conjunto de programas que pretenden abolir la propiedad intelectual de los sistemas de información, permitiendo así la libertad de los usuarios para su uso, el software libre. “En concreto, el software libre implica que los usuarios tienen las cuatro libertades esenciales: (0) ejecutar el programa, (1) estudiar y modificar el programa desde el código fuente, (2) redistribuir copias exactas y (3) distribuir versiones modificadas”24. Es decir, los usuarios de software libre pueden conocer con certeza, con un poco de conocimientos informáticos cada una de las funciones de los programas que utiliza. Estas herramientas son generalmente hechas por comunidades enteras de los mismos usuarios, a los cuales puede colaborar cualquiera que se interese. Son proyectos que apuntan a la construcción de herramientas colectivas, en vez de privadas.

Ciertamente el software libre no es muy conocido por los usuarios de las tecnologías, ya que no cuenta con un sistema de comercialización como el software privado, del cual el comercio es su función principal. El software libre no tiene como patrocinadoras a las grandes empresas comerciales, pues este no vende la información de los usuarios para obtener a cambio publicidad, sin embargo, se ha demostrado con bastantes experiencias que su funcionamiento y rendimiento es muy superior a los sistemas privados.

Claro está que las empresas del software buscan eliminar estos fenómenos colectivos de crear herramientas, ya que son formas de vida que atentan en contra de sus intereses económicos. Pero grandes comunidades de hacktivistas están constantemente trabajando por difundir de manera autónoma estas herramientas, y sus esfuerzos parecen trascender. Por algo las corporaciones privadas están tomando medidas de emergencia para tratar de frenar esta migración de usuarios, intentando obligarlos a no usar otra cosa que no sean sus productos.

Esto claramente significa que la tecnología no necesariamente tiene por qué ser un medio de control para la vida, sino que puede por el contrario crear comunidades autónomas donde el poder lo ejerzan cada uno de los usuarios en vez de ser controlador por algunos cuantos creadores y únicos conocedores de los sistemas tecnológicos. La tecnología entonces, podemos decir, no es el problema en sí mismo, el problema es la orientación que solemos darle, la manera en que la usamos.

Si por un lado ciertamente la tecnología utilizada de un modo racionalizado, pues nos esclaviza por una parte, pero aumenta nuestra productividad y nuestro ocio por otra y por ello la aceptamos y reconocemos como necesaria, puede llegar a ser en sí mismo una ideología, como analiza Habermas25, en la cual, “no sólo su aplicación sino que ya la técnica misma es dominio sobre la naturaleza y sobre los hombres: un dominio metódico, científico, calculado y calculante”26, también la podemos racionalizar de un modo que nos beneficie verdaderamente en vez de controlarnos. Mientras que los poderosos mecanismos privatizados de la tecnología intensifican su dominio, tratando de legitimarmás el poder político de las corporaciones, pues “la tecnología proporciona también la gran racionalización de la falta de libertad del hombre y demuestra la imposibilidad técnica de la realización de la autonomía, de la capacidad de decisión sobre la propia vida”27, otra comunidad de individuos tratan de abrir la brecha que conduzca a los individuos a ser a pesar de todo, aún autónomos, con tecnologías que ayuden sí a las tareas y actividades diarias, pero de una manera controlada por los usuarios, y no de una manera que los individuos sean controlador por la tecnología.

La tecnología se utiliza como una ideología porque es vendida la idea de que su uso es totalmente elemental y necesario, y al adoptarla la reconocemos como tal desde un inicio, y la aceptamos de la manera en que se nos impone, sin representarnos ni pensar en formas distintas de tratarla o juzgarla. Se nos presenta generalmente apuntando a ciertos fines, fines que representan el control y el capitalismo dominante, pues intereses económicos son los que desde un principio rigen su desarrollo. En el momento en que los usuarios detengan un momento su referencia a sus dispositivos tecnológicos y razonen por sí mismos la tecnocultura en la que se han zambullido, en vez de aceptar su uso ya racionalizado por otros, que lo hacen a partir de sus propios intereses y no los del usuario, entonces la tecnología parará a ser un verdadero servicio para el desarrollo de las sociedades en vez de serlo únicamente para un pequeño grupo de individuos.

1Yehya Naief, Tecnocultura. El espacio íntimo transformado en tiempos de paz y de guerra, Tusquets, 2008.

2Ídem.

3Ibídem, p. 13.

4Ídem.

5Ibídem, p. 14.

6Ídem.

7Ídem.

8Ibídem, p. 15.

9Ídem.

10Ortega Y Gasset, José, Meditación sobre la técnica, Madrid, ESPASA-CALPE, 1965, p. 23.

11Ob. Cit, Nota 1, p. 17.

12Ídem.

13Ibídem, p. 18.

14Ídem.

15Ibídem, p. 119.

16Personas comprometidas con el activismo político en el ciberespacio, es decir, utilizan herramientas informáticas para manifestar inconformidad o crear tecnologías de información alternativas, contraponiéndose a los sistemas comerciales que buscan el control de los usuarios.

17Ibídem, pp. 20-21.

18Noticia que circula en Diaspora, red social libre.

19Ibídem, p. 123.

20Ibídem, p. 23.

21Ídem.

22Ob. Cit., Nota 9, p. 26.

23Ibídem, p. 35.

25Habermas, Jürgen, Ciencia y Técnica como ideología, España, Tecnos, 2001, p. 54.

26Ídem.

27Ibídem, p. 58.

Reseña y reflexión sobre la película Blade Runner

19 marzo, 2013

Es una película futurista que se ubica seis años adelante de nuestra actualidad, es decir en el año 2019, en la cual, la humanidad ha «progresado» en tal medida que es capaz de crear androides que son casi humanos, casi porque la única diferencia que tienen aquellos es que no tienen de inicio sentimientos, ni recuerdos propios; sin embargo, cierto tipo de esos androides, los Nexus 6, podían desarrollar los sentimientos con el tiempo, por otro lado, a algunos les implantaban una serie de recuerdos para que su vida tuviera una coherencia con la realidad, pues un individuo sin recuerdos no tendría sentido ni consciencia de su existencia. Eso generaba una incomodidad para los humanos, ya que si así sucedía, después no podrían distinguirse de aquellos, por lo que el concepto de humano quedaba un tanto confuso, pues cómo se podría en una situación así definir cuál era humano y cuál no lo era.

Los androides, llamados en la película «réplicas», eran utilizados como esclavos de los humanos en otros planetas; pero al parecer, un grupo de ellos se reveló ante la humanidad y logró escapar a la tierra, por lo que un agente especial, Blade Runner tiene la tarea de buscarlos y matarlos. En el planeta tierra todo parece ser artificial, hay grandes edificios, animales artificiales (fabricados), naves, constante obscuridad y un ambiente que parece tan degenerado.

Es entonces la artificialidad la que tiene el dominio del mundo, pues ésta existe en mayor medida que el mismo ser humano. Todo aquello me parece una enorme crítica a la idea de progreso que tiene la humanidad de hoy, pues así es como podríamos ver nuestro planeta en algunos años si continuamos creando tecnologías que más que bien, hacen mal, no sólo a la humanidad, sino a todo el conjunto de naturaleza que somos.

Las réplicas en la película tenían cierta desventaja, planeada con anticipación por sus creadores, la cual consistía en vivir sólo 4 años. Pero nadie quiere vivir sólo 4 años, nadie que tenga sentimientos, como el miedo, por lo que aquellas réplicas buscaban la forma de agrandar su periodo de vida, por lo que van en busca de su creador, pues sólo él creen que es capaz de aumentarles el tiempo; sin embargo éste asegura la imposibilidad de semejante cuestión y es asesinado por su propia obra, por su propia creación.

Podemos entenderlo como un mensaje a la misma humanidad de que su progreso, su avance, su tecnología lo puede destruir, pues cuando se crean cosas sin pensarlas detenidamente antes de actuar, corremos muchos peligros respectivos a las consecuencias que nuestras creaciones nos puedan acarrear. La forma en que la réplica asesina a su creador, y la manera en que vemos el mundo, da a pensar que la humanidad está cavando su propia tumba.

El ser humano trata de tener el control de todo, y gracias a su poderoso razonamiento va bastante lejos; pero llega el momento en que todo se sale de control. Sucedió así con la rebelión de aquellas réplicas, y sucede así en la vida real, pues aunque la ciencia avance a pasos agigantados, nos damos cuenta también que las condiciones para vivir en este mundo son cada vez más miserables y difíciles, y todo porque aquel avance tecnológico se ha salido de control, el creador, el ser humano ya no es capaz de controlar todo aquello que ha devastado con su tecnología, y ahora el daño se le está devolviendo en gran medida.

Seguramente el hombre necesita regresar en el tiempo. O más bien dicho, voltear al pasado y recordar cómo es vivir en armonía con la naturaleza, sentirse uno mismo con ella, darse cuenta que no se trata de dominarla, sino de vivir a la par con los demás (humanos y no humanos). Parece que aunque el hombre se muestra satisfecho en este mundo creado de ciencia y tecnología, en el fondo anhela aquel mundo que él mismo ha destruido en su empeño por innovar su entorno, convirtiendo a aquello que quiso convertir para su conveniencia en mera materia de su destrucción.

La humanidad pues, ha perdido en la película (e incluso en nuestra realidad) su identidad como ser en el mundo y se ha dejado llevar por su raciocinio para ponerse sobre él y dominarlo, pero se olvidó en ese proceso que él mismo también es parte del mundo, y al querer dominarlo con tecnologías, termina con ellas dominándose a sí sin poder escapar. Es necesario y muy urgente re-reflexionar la ciencia para comprender si realmente vamos por el camino correcto y no perdernos en nuestro mismo mundo creado.

Comunicado contra el especismo

5 septiembre, 2012

Queremos un mundo donde quepan muchos mundos, también el de nuestros hermanos de otras especies. No aceptamos el antropocentrismo, así como tampoco aceptamos muchas otras cosas de la ideología impuesta. Basta ya de discursos vacíos de falsos ecologistas que aseguran defender la vida, o de supuestos moralistas que nos piden respetar a los demás, y en su praxis demuestran que todo se queda en palabras. Nosotros actuamos y nos pronunciamos por la acción directa, le damos voz a aquellos que no la tienen, aquellos que no nos pueden decir con palabras su sentir, pero que lo expresan con sus miradas angustiosas y con sus dolorosos gritos.

La lucha por la liberación animal también es una revolución. Cuando escuchamos esa palabra generalmente pensamos en levantamientos a favor de la vida humana, porque claro que la necesita, pero vamos más allá. Así como pedimos derechos, respeto y libertad para nuestros hermanos de otros grupos étnicos, del otro sexo, de otras preferencias, de otras religiones, de otras nacionalidades, exigimos con toda nuestra fuerza combativa lo mismo para los animales de otras especies. No queremos más revoluciones a medias, revoluciones vanguardistas y excluyentes que benefician sólo a un grupo de individuos humanos los cuales posteriormente se vuelven tan viles y opresores como aquellos contra los que en un principio lucharon. Queremos una revolución que nos involucre a todos como seres vivientes de este mundo, una revolución que haga desaparecer de nuestra cosmovisión la idea de que hacen falta jerarquías que nos dividan en clases sociales, de las cuáles, los animales no humanos hoy en día ocupan la más baja categoría, pues en nuestra educación nos han impuesto que ellos son sólo mercancía, y que no tienen un interés propio por desarrollarse como seres vivos.

La liberación animal no es una cuestión de lástima o piedad por nuestros hermanos animales, es una cuestión de solidaridad, porque creemos que es posible, o más aún, que es necesario llevar la vida en un mundo en armonía con ellos. Basta ya de utilizarlos para nuestros fines, de mirarlos como objetos que podemos comprar o vender en una tienda de mascotas, de verlos como objeto de diversión o utilizarlos como carne de cañón para la experimentación en los laboratorios humanos.

Con la vida no se negocia, y tampoco se juega, y cada animal es una vida que merece su libertad. Cada perro de la calle levantado y asesinado en pro de la salud humana es un crimen, de la misma manera que lo son los levantamientos de jóvenes humanos. ¿Por qué una cosa nos aterroriza y nos llena de odio y la otra no? ¿Cuál es la diferencia si en ambos casos se le quita la vida a otro individuo? A muchos de nosotros como luchadores sociales nos llena de rencor el encarcelamiento de tantos compañeros de lucha que han sido privados de su libertad por el Estado, o de tantos pobres que están tras de los muros de las prisiones por robarse un pan para no morirse de hambre; sin embargo, pocos dirigen sus miradas a aquellos que están encarcelados bajo el único cargo de ser de otra especie. ¿Quién no ha pagado por el encarcelamiento de animales al visitar un zoológico, por asistir a un circo con animales? ¿quién en en su misma casa no ha arrebatado su libertad a un animal, al tener un ave o roedor enjaulados, o un perro atado con una cadena, literalmente como un esclavo personal? Es hora de acabar con todas estas prácticas especistas, ¡es hora de la liberación animal!

Por la liberación de todos los animales, humanos y no humanos…

Contra el Especismo, ¡tampoco daremos ni un paso atrás!

Los zapatistas no se rinden.

8 junio, 2012

Señores:

¡Corred! ¡Avisadle a los mazahuas, los amuzgos, los tlapanecos, los nahuatlacas, los coras, los huicholes, los yaquis, los mayos, los tarahumaras, los mixtecos, los zapotecos, los mayas, los chontales, los seris, los triquis, los kumiai, los cucapá, los paipai, los cochimi, los kiliwa, los tequistlatecos, los pame, los chichimecos, los otomíes, los mazatecos, las matlatzincos, los ocuiltecos, los popoloca, los ixcatecos, los chochopopoloca, los cuicatecos, los chatinos, los chinantecos, los huaves, los pápagos, los pimas, los tepehuanos, los guarijios, los huastecos, los chuj, los jalaitecos, los mixes, los zoques, los totonacos, los kikapús, los purépechas y a los o’odham de Caborca!

¡Que lo sepan los ceuístas y las bandas todas! ¡Que llegue hasta el oído de obreros y campesinos sin tierra! ¡Que escuchen los del Barzón, las amas de casa, los colonos, los maestros y los estudiantes!

¡Que los mexicanos en el extranjero oigan este mensaje!

¡Que lo escuchen los banqueros y los dinosaurios de Atlacomulco! ¡Que retumbe en los pasillos de la Bolsa de Valores y en los jardines de los Pinos!

¡Que esta voz llegue hasta los mapuches y los auténticos farabundos!

¡Que los hermanos todos de estas tierras abran un lugar en su corazón para este grito!

¡Que suenen los tambores y los teletipos! ¡Que los satélites enloquezcan!

¿Qué? ¿Que cuál es el mensaje? Uno solo:

Los zapatistas. Stop.

¡No se rinden! Stop.

¡Resisten! Stop y fin.

Desde las montañas del Sureste mexicano

Subcomandante insurgente Marcos

P.D. de la imprudencia. Nos aconsejaron ser prudentes y firmar la paz, nos dicen que el gobierno nos acabará en horas, en días si se tardan, si no firmamos la paz. Nos recomiendan conformarnos con las promesas ofrecidas y esperar. Nos piden la prudencia de rendirnos y vivir… ¿Quién podría vivir con esa vergüenza? ¿Quién cambia vida por dignidad? Fueron inútiles tan sensatos consejos. En estas tierras reinan, desde hace muchos años, la imprudencia… y la dignidad.

P.D. En el Comité estuvimos discutiendo toda la tarde. Buscamos la palabra en lengua para decir «RENDIR» y no la encontramos. No tiene traducción en tzotzil ni en tzeltal, nadie recuerda que esa palabra exista en tojolabal o en chol. Llevan horas buscando equivalentes. Afuera llueve y una nube compañera viene a recostarse con nosotros. El viejo Antonio espera a que todos se vayan quedando callados y sólo quede el múltiple tambor de la lluvia sobre el techo de lámina. En silencio se me acerca el viejo Antonio, tosiendo la tuberculosis, y me dice al oído: «Esa palabra no existe en lengua verdadera, por eso los nuestros nunca se rinden y mejor se mueren, porque nuestros muertos mandan que las palabras que no andan no se vivan». Después se va hacia el fogón para espantar el miedo y el frío. Se lo cuento a Ana María, ella me mira con ternura y me recuerda que el viejo Antonio ya está muerto…

La incertidumbre de las últimas horas de diciembre pasado se repite. Hace frío, las guardias se relevan con una contraseña que es un murmullo. Lluvia y lodo apagan todo, los humanos murmuran y el agua grita. Alguien pide un cigarrillo y el fósforo encendido ilumina la cara de la combatiente que está en la posta… un instante solamente… pero se alcanza a ver que sonríe… Llega alguien con la gorra y el fusil chorreando agua. «Hay café», informa. El Comité, como es costumbre en estas tierras, hace una votación para ver si toman café o siguen buscando el equivalente de «RENDIRSE» en lengua verdadera. Por unanimidad gana el café. NADIE SE RINDE…

¿Nos quedaremos solos?

 Relato Zapatista.

Crisis del sistema educativo y el papel de quienes desean la transformación.

26 febrero, 2012

La educación es sin duda el arma más poderosa para el buen vivir de una sociedad, ya que a través de ésta, los individuos aprenden a tomar buenas decisiones gracias al aprendizaje obtenido, aprendizaje que permite obtener conocimientos, comprenderlos, analizarlos y juzgarlos, para después aplicarlos en la vida propia y llevarla de la mejor manera posible. En palabras de Augusto Salazar Bondy, “educar es aquella praxis que acondiciona un medio y provoca ciertos efectos psicobiológicos en un individuo o grupo de individuos, con la mira de preservar y fomentar el desarrollo de éste”.1

Desafortunadamente, hoy en día en nuestra sociedad, el sistema «educativo» ha dejado a un lado el objetivo de educar a los individuos para promover un desarrollo sustentable, a cambio de un adiestramiento, en el cual, se enseña a los individuos a funcionar de cierta manera, no para beneficiarse a sí mismo ni a la sociedad, sino para beneficio de quienes mueven los hilos en lo alto de la pirámide del capitalismo.

Ciertamente a través de la historia, la educación ha estado orientada hacia el beneficio de quienes la imparten, y como los que la imparten son los grupos de poder en turno, es siempre una educación que promueve el sometimiento de la sociedad a tal grupo de dominio. Por ejemplo, en La Edad Media, era la Iglesia quien tenía el poder e impartían educación, pero una educación religiosa que promovía la sumisión a la divinidad de la institución. En la modernidad, donde la educación es tarea del Estado, se impartió una educación para que los súbditos se sometieran a su madre patria. En la actualidad, el grupo dominante es sin duda el mercado, y es éste quién manda también en la educación, orientándola al desarrollo económico-mercantil.

Simplemente hay que ver que toda la educación actual está totalmente al servicio de la producción de mercancías materiales y nulo lugar para la producción de pensamientos, de ideas, de reflexión. Materias como la filosofía son hechas a un lado por el gran monstruo del neoliberalismo, ya que ésta no genera capital para el mercado, al contrario promueve un sentido crítico entre los individuos que puede poner en peligro la «estabilidad» del orden establecido. Es decir, mientras la educación que han impartido los distintos grupos dominantes está encaminada a la sumisión, adiestramiento, sometimiento de un modo completamente “adaptativo, [en donde lo ideal] es transmitir al educando valores, actitudes e ideas ya establecidas, procurando que éste las reciba y adopte tal como se le dan”, nos quitan al mismo tiempo las herramientas para revolucionar esta situación y conseguir que la humanidad viva libre y con dignidad.2

Es una manera de adiestrar de gran utilidad para quienes ostentan el poder, quienes hoy prefabrican al individuo para que sea un zombie consumista, para hacerlo comprar hasta la cosa más insignificante e inservible que se pueda inventar. Con su «adiestramiento», no sólo en la escuela, sino de manera intensiva a través de los «mass media»3, crean nuevas necesidades en los espectadores, pero necesidades falsas, “que intereses sociales particulares imponen al individuo para su represión: las necesidades que perpetúan el esfuerzo, la agresividad, la miseria y la injusticia. Su satisfacción puede ser de lo más grata para el individuo, pero esta felicidad no es una condición que deba ser mantenida y protegida si sirve para impedir el desarrollo de la capacidad de reconocer la enfermedad del todo y de aprovechar las posibilidades de curarla […] Estas necesidades tienen un contenido y una función sociales, determinadas por poderes externos sobre los que el individuo no tiene ningún control […] No importa hasta qué punto se hayan convertido en algo propio del individuo, reproducidas y fortificadas por las condiciones de su existencia; no importa que se identifique con ellas y se encuentre a sí mismo en su satisfacción. Siguen siendo los que fueron desde el principio; productos de una sociedad cuyos intereses dominantes requieren la represión”.4

Por lo que, nos educan para consumir, mentalizandonos de tal manera que creemos que necesitamos trabajar para poder comprar lo que nos venden, y entre más trabajamos, más podemos comprar y más reprimidos estamos, acrecentando su dominio. Nos educan también de manera tecnócrata y deshumanizada. Una educación egoísta y competitiva, en donde aprendemos que si no aplastamos al otro, él nos aplastará, y como nadie quieres ser aplastado, hacemos siempre lo posible por pasar por encima de los demás.

Es así como funciona el sistema. Éste nos controla totalmente, adiestrando de tal manera que vivamos en “la cotidianidad mundana”5, una cotidianidad tan simple, tan banal en la que pasamos por el mundo desapercibidos, pero sin percibir también, olvidándonos del otro, olvidándonos de nuestro contexto. Vivimos de manera mecánica porque no somos capaces de reflexionar nuestro entorno, sino que simplemente pasamos por él en el día a día para funcionar sólo como nos han enseñado que debemos funcionar. Jamás nos detenemos a pensar en lo que hacemos, simplemente lo hacemos porque no tenemos tiempo para pensarlo, el tiempo debemos emplearlo en producir lo que nuestro sistema nos exige. En el momento en que alguien se sale de la cotidianidad, éste es conscientizado, es visto por los demás, es reconocido, pero es un reconocimiento negativo generalmente. Negativo porque quien se sale de la cotidianidad, quien se separa del camino en el que van las mayorías, altera el orden, es decir, hace el desorden, por lo que es mal visto, tachado, señalado y reprimido por los demás. Tal represión es una herramienta más del sistema opresor, el cuál utiliza a las masas alienadas por él mismo, para coartar a la oveja que se sale del rebaño.

Por todo esto es que debe haber un cambio radical en el sistema educativo. Debemos promover una “educación suscitatadora [como la propuesta por Bondy]. Justamente los factores de creación y novedad son los que definen el quehacer pedagógico que hemos llamado suscitador […] Lo predominante […] es la actividad del poder creador del sujeto, de aquello que hay de más original y libre en su ser personal […] Se busca que el alumno asuma ideas nacidas de la propia reflexión en comercio con el mundo y valores elegidos por decisión de su yo más auténtico y no por transferencia de patrones habituales sin resonancia vivencial ni autoridad sobre la conciencia más vigilante. No se enseñará pues inculcando ideas, valores y conductas ya configurados, sino en cualquier caso sirviéndose de ellos para preparar, vigorizar y ejercitar la capacidad de concebir ideas, inventar valores y adoptar nuevas formas de conducta.”6

Desafortunadamente, los grupos de poder nunca permitirán que tal tipo de educación se ponga en práctica, pues es un peligro para la seguridad de sus intereses personales, es por eso que continuamente están reformando la educación, quitando de las escuelas las pocas materias que permiten la formación del pensamiento crítico.

Eso no significa que sea un caso perdido. Y es precisamente tarea de quienes nos damos cuenta de este mal funcionamiento promover ese cambio liberador. Es nuestra responsabilidad como seres humanos críticos y éticos fomentar la transformación del orden establecido, que cambie a las personas para que dejen de funcionar como robots programados y comiencen a liberar su pensamiento y a funcionar como humanos conscientes.

El paso por el mundo de un hombre como apunta Freire, “no es algo predeterminado, preestablecido. Que mi destino no es un dato sino algo que necesita ser hecho y de cuya responsabilidad no puedo escapar. Me gusta ser persona porque la historia en que me hago con los otros y de cuya hechura participo es un tiempo de posibilidades y no de determinismo. Eso explica que insista tanto en la problematización del futuro y que rechace su inexorabilidad.”7 Es decir, cada uno de nosotros pasamos por el mundo haciendo historia, participando de él, y todo lo que hacemos y dejamos de hacer contribuye para todo cambio o estabilidad del mismo. El conjunto de relaciones en que participamos en el mundo nos conecta con todo y con todos, y aunque podemos pasar desapercibidos en la cotidianidad mundana, no podemos pasar sin participar de ella, pues participamos todo el tiempo, no siendo “sólo un objeto, sino también un sujeto de la historia.”8 Con cada acción que realizamos contribuimos a que algo cambie o a que algo siga igual, y siendo conscientes de nuestra situación contextual, es nuestra responsabilidad cada consecuencia de nuestro paso por el mundo. Siendo nuestra responsabilidad, es nuestro deber conducirnos para bien, con ética, ayudando a hacer un mejor mundo para vivir. Esta responsabilidad, es causa de nuestra “consciencia del inacabamiento”.9 Es decir, está consciencia de que al pasar por el mundo, participamos en él y lo modificamos, la cual fue también razón de que el hombre se hizo educable, ya que, al ser consciente de que cada una de sus acciones tendrá consecuencias, ya sean buenas o malas, necesariamente el hombre tuvo que buscar una manera de guiar sus decisiones para que generalmente las consecuencias sean positivas.

Entonces, no podemos ser pesimistas respecto a la transformación. Es nuestro deber hacer todo esfuerzo para conseguir un cambio radical en nuestra sociedad, cambio que sin duda lleva por delante una buena educación para las masas. Pero no podemos confiar más en el sistema dominante, pues a lo largo de siglos, como ya explique, aunque cambie el grupo que está en el poder, desde ahí la educación estará siempre orientada para mantener la hegemonía de quienes mueven los hilos. Ciertamente no podemos derribar este sistema de un solo tajo, pero podemos ir creando pequeñas infecciones al cuerpo político, infecciones que después puedan convertirse en cáncer, y luego en muerte de tal cuerpo. Las instituciones estatales no son la única manera de educarse (son sólo la única manera de tener un papel que te acredita). Hay maneras libres y autónomas de estar educado, y nos corresponde precisamente a los que somos conscientes del inacabamiento enseñar a la sociedad estas formas, formas autogestivas, independientes, libres, donde se fomente la educación suscitadora de Bondy.

Pero esto no se consigue sólo hablando, haciendo ensayos o escribiendo artículos, hay que actuar. Las personas que nos rodean, no estarán de acuerdo a escucharnos más si cuando les decimos que hay que ser críticos, éticos y justos en la realidad nosotros actuamos como borreguitos que no se salen de «los paradigmas aceptados» que fomentan la injusticia y la explotación. Es imposible abrirle los ojos al mundo cuando no comenzamos por demostrar que nosotros ya los hemos abierto. Hay que tomar la iniciativa, siempre existe la posibilidad de formar talleres de lectura de manera autogestiva, de hacer debates, de comentar experiencias. Pero no es la única manera de educar, también existe siempre la posibilidad de ayudar a las personas con sus problemas, sin esperar nada a cambio. Enseñar que la solidaridad es esencial, que cuando nos ayudamos unos con otros tenemos más posibilidades de bien vivir, y la solidaridad se enseña, siendo solidarios.

Cuando uno se solidariza con las personas, cuando se les ayuda con sus problemas, estas personas te reconocen como sujeto (y volvemos a la cotidianidad mundana y reconocimiento del otro), se dan cuenta que salirse de la cotidianidad no siempre es desagradable, porque te han visto salirte para brindarles tu ayuda y después, muchos están dispuestos a escucharte y esa es la oportunidad para ayudarles a conscientizarse.

Siendo que, desde la perspectiva reaccionaria nunca tendremos una educación que nos enseñe a conscientizarnos, a analizar nuestro entorno, a politizarnos, debemos hacerlo por nuestra cuenta. “Es una tarea que los educadores y las educadoras progresistas deben cumplir, dentro y fuera de las escuelas. Es una tarea que debe ser realizada por organizaciones no gubernamentales”10. Ciertamente ser educador en una institución ofrece una ventaja, que es la de tener a disponibilidad la atención de un grupo predispuesto a prestar atención y a aprender, lo importante es, como educador, no dejarse simplemente absorber por el sistema.

Pero además hay que trabajar también fuera de las aulas, seamos o no profesores. Si en las escuelas ofrecen solamente educación técnica, apolítica y neutra ante la realidad, es nuestro deber como personas éticas politizar a las personas que nos rodean diariamente, hacerles ver que no podemos pasar por la vida con una postura neutra ante las injusticias, ante la miseria, ante las guerras, como humanos deshumanizados, hay que despertar al pueblo. Eso es parte fundamental de una buena educación, cuando se aprende a ser políticamente activos y críticos, es cuando pasamos de estar adiestrados a estar educados, a ser humanos y no máquinas programadas, y entonces podemos aplicar nuestros conocimientos técnicos o científicos de una manera justa, ética y humana.

Pero no sólo se enseña con palabras, como ya mencioné, no es suficiente escribir o hablar, hay que actuar. Citando nuevamente a Freire, “El mejor discurso sobre él es el ejercicio de su práctica”11, “las cualidades o virtudes son construidas por nosotros al imponernos el esfuerzo de disminuir la distancia que existe entre lo que decimos y lo que hacemos. Este esfuerzo, el de disminuir la distancia que hay entre el discurso y la práctica, es ya una de esas virtudes indispensables -la de la coherencia”12.

El mundo se está cayendo a grandes pedazos, y es por eso que no podemos permitir que que tal situación continúe. Los grupos de poder no nos van a dejar el camino libre para destruirles su paraíso, por lo que hay que derribar sus defensas sea como sea. No podemos resignarnos, la utopía de un mundo más justo e igualitario no es imposible. Qué importa que nos llamen «ilusos y utopistas», si como lo dijo ya Flores Magón, “es a los ilusos y a los utopistas de todos los tiempos a quienes debe su progreso la humanidad. Lo que se llama civilización ¿qué es sino el resultado del esfuerzo de los utopistas?”13.

Quedarnos de brazos cruzados, esperando a que tal vez algún día llegue un mesías salvador por la vial legar o electoral, y que éste reformará la educación, es un farsante discurso más de la reacción. Decir al pueblo que espere pacientemente a que las cosas cambien de esa manera es una ofensa, porque es lo mismo que decirles que no luchen por la justicia para que dejemos de ser tratados como mercancía. Obviamente el gobierno nunca nos va a decir en sus escuelas que luchemos contra él, nunca se va a reconocer públicamente como enemigo de sus súbditos. El discurso de siempre, y es como nos educan es el de ser pacientes, pasivos, conformistas. Y que si no estamos conformes con lo que tenemos, si no nos gusta el régimen, que esperemos las elecciones para cambiarlo, porque es la única manera. ¡Claro que no! Esa es la única manera pero de preservar más de lo mismo, un sistema totalmente hipócrita que no quiere perder su poder.

Por eso debemos empezar a educarnos desde abajo, por nuestra cuenta, apoyándonos con la gente que nos rodea y creciendo cada día junto a ellos, enseñándoles y aprendiéndoles. Eso es a lo que me refería al decir que hay que crear pequeñas infecciones al cuerpo político. Cuando se creen muchas, el cuerpo estará débil y será fácil de derribar, y el que emergerá estará educado, por lo que no permitirá que uno como el anterior se imponga.

1Educación y Filosofía, Perú, Fondo Editorial, 1995, p. 15.

2Ibídem, pp. 17-18.

3Medios de comunicación masivos o de masas (término también muy utilizado directamente en Inglés: mass media) son los medios de comunicación recibidos simultáneamente por una gran audiencia, equivalente al concepto sociológico de masas o al concepto comunicativo de público.

4Herbert Marcuse, El hombre unidimensional, España, Planeta-De Agostini, 1993, p. 35.

5Enrique Dussel, Introducción a una filosofía de la liberación latinoamericana, México, Editorial Extemporáneos, 1977, p. 86.

6Augusto Salazar Bondy, ob. cit., nota 1, pp. 18-19.

7Paulo Freire, Pedagogía de la autonomía, Brazil, Siglo XXI, 1996, p. 52.

8Ibídem, pp. 53.

9Ibídem, p. 55.

10Ibídem, p. 96.

11Ibídem, p. 92.

12Ibídem, pp. 63-64.

13Ricardo Flores Magón, La revolución mexicana, México, Editores mexicanos unidos, 2001, pp. 15-16.

PARO EN LA FFYL DE LA UNAM POR ESTUDIANTE ASESINADO

28 octubre, 2011
 A los medios de comunicación
A la opinión pública
El pasado miércoles 26 de octubre fue cobardemente asesinado el estudiante de la carrera de Filosofía, tesista de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM, Carlos Sinuhé Cuevas Mejía de 33 años, cuando se dirigía, saliendo de la Universidad, hacia su domicilio; su cuerpo fue hallado sin vida a las 23:40 horas habiendo recibido 16 impactos de bala. Carlos, además de buen estudiante, era un mexicano comprometido con las luchas de su pueblo, activista en defensa de la educación pública y gratuita por lo que había recibido diversas difamaciones y amenazas que atentaban contra su integridad y su vida.
La comunidad estudiantil de la FFyL queremos expresar nuestro profundo dolor e indignación por este crimen y decidimos sumarnos al grito de coraje del pueblo mexicano, ¡ESTAMOS HASTA LA MADRE!, por ello, reunidos en Asamblea decidimos realizar un paro de actividades durante 24 horas, a partir de las 19 horas del día de hoy, con un mensaje claro al gobierno de Felipe Calderón: Es urgente detener la guerra.
Hemos decidido iniciar un proceso intenso de movilización en contra de la guerra, por lo que el próximo jueves 3 de noviembre realizaremos una marcha que llegará a la Secretaría de Gobernación, partiendo del Hemiciclo a Juárez a las 4:30 horas.
Además, los invitamos a acompañarnos a velar su cuerpo en las instalaciones de la Facultad de Filosofía y Letras en Ciudad Universitaria, mañana viernes 28 de octubre, a partir de las 10:30 horas.
¡POR CARLOS NO UN MINUTO DE SILENCIO, SINO TODA UNA VIDA DE LUCHA!
¡ALTO A LOS ASESINATOS Y DESAPARICIONES DE LUCHADORES SOCIALES!
¡CONTRA LA MILITARIZACIÓN EN LAS UNIVERSIDADES!
ASAMBLEA ESTUDIANTIL DE LA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS DE LA UNAM

100 razones para salir con un/a filósofo/a

9 marzo, 2011

Me encontré esto por la www. Echandole porras a l@s filósof@s 🙂

1. Porque por supuesto sólo con nosotr@s una relación será verdadera y genuinamente platónica.
2. Porque l@s filósof@s lo queremos conocer todo: ¡muy especialmente a ti!
3. Porque tenemos toda una colección de palabras exóticas y extravagantes para definir lo más profundo de tu ser.
4. Porque siempre escucharemos tus ideas y además encontraremos la manera de entenderlas.
5. Porque podemos enseñarte mejor que nadie a tomarte la vida con filosofía.
6. Porque te recitaremos bellos pasajes filosóficos en las noches de verano.
7. Porque nunca te mentiríamos: ¡Estamos demasiados comprometid@s con la verdad!
8. Porque si nos lo permites, podremos hacerte ver el mundo de mil y una maneras distintas sin salir de la habitación.
9. Porque a medida que pasen los años nos seguiremos preocupando menos por la belleza física y más por la belleza en sí misma.
10. Porque haríamos lo imposible por ti: p. ej. Acercarte al mundo de las ideas a la cama.
11. Porque para nosotr@s, antes de nada, eres un objeto sensible y la mayoría te trataremos fenomenalmente.
12. Porque te descubriremos que la vida no es un problema que resolver, sino una realidad que debe ser experimentada.
13. Porque le buscamos el sentido a la vida … y sin ti nos quedaríamos sin nuestra respuesta.
14. Porque seremos TODO lo que tú nos pidas (al menos en potencia).
15. Porque para nosotr@s nunca serás un medio para un fin, sino un fin en sí mismo (y sabremos explicarte el porqué).
16. Porque somos rar@s. Y reconócelo: ¡eso te pone!
17. Porque nosotr@s le pondremos a la relación ese toque imprescindible de inverosimilitud e impredecibilidad que la mantendrá viva.
18. Porque cuando hables nunca pensaremos que tus palabras son estupideces o tonterías, a lo sumo sólo sofismas.
19. Porque con nosotr@s las conversaciones no decaen en superficiales e insustanciales fácilmente.
20. Porque a nuestro lado tu vocabulario mejorará inexorablemente y se volverá más sólido, preciso e irrebatible.
21. Porque podemos salvar tu vida demostrándote que otra gente es más miserable que tú ética, lógica, epistemológica, ontológica, estética, óntica y hasta metafísicamente!!
22. Porque seremos la única pareja que no te pida la verificación de tu amor, sino su falsación.
23. Porque a nuestro lado tus preguntas nunca sonarán absurdas.
24. Porque sabremos entenderte y ayudarte mejor que nadie cuando sufras una crisis existencial (siempre y cuando alguna vez salgamos de la nuestra).
25. Porque nunca haremos nada malo o incorrecto ya que atentaría contra nuestra ética, lo cual sería irracional.
26. Porque gracias a la epogé sabremos cómo desconectar y dejar de escucharte cuando nos digas barbaridades, por lo que nunca tendrás que arrepentirte por algo que nunca hemos escuchado.
27. Porque fundamentamos las cosas. Nunca hacemos ni pensamos nada sin una buena razón, por lo que siempre podrás pedirnos explicaciones y nosotr@s estaremos encantad@s de dártelas.
28. Porque tenemos una mente muy creativa: tenemos ideas para todo. ¡PARA TODO! (Sí, especialmente para eso que estás pensando ahora mismo.)
29. Porque podemos entender casi todos los libros.
30. Porque no necesitamos hablar otro idioma para que dejes de entendernos.
31. Porque en esta sociedad irreflexiva somos cada vez menos y más difíciles de encontrar. Según las leyes de la oferta y de la demanda eso nos revaloriza positivamente y nos convierte en mercancía exclusiva. ¡No nos dejes escapar!
32. Porque podrás fardar de biblioteca cuando tus amig@s vengan a casa.
33. Porque no sólo tenemos buen gusto estético, sino que sabemos por qué es estético y qué es la estética.
34. Porque la filosofía combina con todo.
35. Porque entre nosotr@s puedes elegir entre una gran variedad de tendencias y corrientes.
36. Porque nosotr@s hemos colaboramos decisivamente en la difusión de los botellones desde la Antigua Grecia (entonces llamados simposios) y que éstos hayan llegado hasta nuestros días.
37. Porque podemos corregir a cualquiera con argumentos lógicos.
38. Porque nunca perderás una discusión si estamos de tu lado.
39. Porque sabemos cómo hacer parecer a otr@s idiotas dejándoles hablar y haciéndoles un par de inocentes preguntas una vez hayan acabado.
40. Porque siempre aparecemos en las citas célebres.
41. Porque somos una garantía casi segura de victoria en una partida de Trivial.
42. Porque la física la empezamos a desarrollar nosotr@s hace más de 2500 años.
43. Porque no nos bastó la física y tuvimos que ir más allá e inventar la metafísica.
44. Porque sólo los filósof@s podemos sacar referencias filosóficas a todo. Como que El Rey León es una peli existencialista (el león que toma consciencia de la muerte a través de la muerte de su padre) y hedonista (el león que se vuelve un vividor al tomar contacto con un jabalí y un suricato).
45. Porque tú también tuviste ese/a profesor/a de filosofía en el instituto que te molaba o que odiabas tanto, pero que nunca te dejó indiferente.
46. Porque nada nos gustaría más que poder darte clases de griego gratuitas.
47. Porque Aristóteles, ya en el 300 y pico a. C., nos enseñó que el amor, como el ser, se dice de muchas maneras.
48. Porque en todo este tiempo también hemos aprendido que el amor, además de decirse, se hace de muchas maneras.
49. Porque por las razones 47 y 48 nos hemos convertido en amantes ideales:
50. Porque no por nada fuimos nosotr@s quienes inventamos el hedonismo.
51. Porque nuestros prolegómenos no tienen igual.
52. Conocemos un montón de posturas y posiciones diferentes y sabemos cómo llevarlas hasta las últimas consecuencias.
53. Porque sabemos hacerlo más profundo que nadie.
54. Porque somos sistemáticos: nunca dejamos ningún punto sin tocar.
55. Porque pondremos toda nuestra potencia en realizar el acto.
56. Porque no podremos evitar una y otra vez introducir nuestra forma en toda tu materia.
57. Porque pese a las objeciones de Gödel sabemos hacerlo completo y consistente al mismo tiempo.
58. Porque además estamos abiertos a nuevas ideas.
59. Porque no te daremos la opción de quedarte con duda alguna: somos arrebatador@s e irrebatibles.
60. Porque en caso de gatillazo, estamos al tanto de qué puedes saber, qué debes hacer y qué te cabe esperar.
61. Porque nuestra autoestima está por la nueves: tenemos razones solipsistas para creernos el obligo del mundo.
62. Porque podemos demostrarte que “sobre gustos SÍ hay algo escrito”, ¡y mucho!
63. Porque sabemos cuando no sabemos nada.
64. Porque sabemos la etimología de las palabras; incluso sabemos la etimología de la palabra ‘etimología’.
65. Porque si tienes un problema, somos capaces de darte un punto de vista diferente.
66. Porque nuestr@s hij@s tendrán clases extra-escolares en las asignaturas de Ética, Filosofía, Historia de la Filosofía, Psicología, Antropología, Cultura Clásica y Lengua.
67. Porque saliendo con un filósofo aumentan las posibilidades de que tu hij@ sea un/a estudios@ o un/a intelectual.
68. Porque sabemos integrarnos en cualquier conversación cualquiera sea su temática. Por eso nunca deberás preocuparte de que caigamos bien a tus padres y que nos llevemos bien con la mayoría de tus amig@s.
69. Porque según te levantes seremos la/el idealista o realista que tú necesites (metafísica- o epistemológimente hablando, claro).
70. Porque somos fáciles de contentar: Una palabra acabada en «-idad» o «-ismo» que no conociéramos bastará para dibujarnos una sonrisa en la cara.
71. Porque si caes al agua, no pasa nada, nadearemos para salvarte.
72. Porque siempre tendremos una nueva mirada para verte, comprenderte y desearte. Hermeneúticamente para cada momento y contexto encontraremos una fórmula que nos permita enterderte y significarte de una nueva manera.
73. Porque nosotr@s sí sabremos que te queremos clara y distintamente.
74. Porque seremos expert@s en la deconstrucción de tus problemas.
75. Porque el amor, como cogitatio, nos hace poder decir «te amo, luego existo».
76. Porque no solo te amaremos a tí, sino también cada una de tus determinaciones y accidentes.
77. Porque nuestra paciencia y templanza de acero vienen 100% garantizadas: No sin ellas podríamos haber acabado de leer a Kant o a Hegel.
78. Porque siempre te necesitaremos para superar nuestros momentos dialécticos.
79. Porque tenemos milenios de experiencia acumulada.
80. Porque podemos contarte los problemas más inquietantes y emocionantes del mundo.
81. Porque cuando no te puedas dormir, también podemos contarte los problemas más aburridos del mundo.
82. Porque somos más creativo@s que l@s pedagog@s: ell@s tienen las técnicas de estudio; nosotr@s el conocimiento y el método para llegar a él.
83. Porque sabemos qué es la Política mejor que muchos de nuestr@s polític@s.
84. Porque junto a los filólog@s, somos los únicos capaces de entender a Chomsky, padre de la Lingüística moderna, pero además entendemos a Wittgenstein. (Filosofía del lenguaje)
85. Porque l@s historiador@s saben de historia, nosotr@s sabemos la Dialéctica de la Historia. (Filosofía de la historia)
86. Porque l@s abogad@s saben de leyes, nosotr@s sabemos el fundamento del Derecho. (Filosofía del derecho).
87. Porque l@s científic@s saben de ciencia, nosotr@s sabemos lo que la ciencia puede o no conocer (Filosofía de la ciencia).
88. Porque en el 300 a.C. ya sabíamos que los átomos existían.
89. Porque te sacaremos de dudas de una vez por todas: Ortega y Gasset eran una y la misma persona.
90. Porque siempre le daremos el toque ilustre y distinguido a las tertulias familiares.
91. Porque siempre seremos detallistas contigo (al menos a nuestra manera): p.ej. estaremos encantad@s de explicarte la diferencia entre ‘aprender’ y ‘aprehender’ o la pequeña pero fundamental diferencia entre ‘entender’ de ‘comprender’. (¿Qué pensabas?)
92. Podremos explicarte todas esas gracias que no entendiste de Muchachada Nui, Les Luthiers, Monty Python y comprenderás por qué si que tienen gracia.
93. Porque una vez que te enseñemos qué es la ataraxia y en qué consiste te ahorraremos una fortuna en terapias anti-estrés.
94. Porque las pelis de ciencia ficción tratan siempre problemas filosóficos.
95. Porque tenemos más sentido común que la norma entre los mortales en una sociedad en la que, por otro lado, empieza escasear escandalosamente.
96. Porque te descubriremos que la palabra ‘trascendental’ en realidad – y contra todo pronóstico- es infinitamente más “trascendental” de lo que muchos programas del corazón, gente pija y otros sub-entes prorrumpen en público.
97. Porque NUNCA nos estancamos en una relación de pareja: nuestro espíritu crítico nos hace estar en constante revisión y renovación de nosotr@s mismos.
98. Porque un/a filósof@ – como habrás podido ver ya – nunca se queda sin tema de conversación.
99. Porque l@s arquitect@s, los odontólog@s, l@s psicólog@s y l@s antropólog@s pueden darte10 razones, los periodistas y l@s nutricionistas 15, l@s de derecho 18, l@s medicos 21, l@s filólog@s inglés 36, pero solamente un/a filósof@ es capaz de encontrar 100 razones para que salgas con nosotr@s.
100. Pero sobre todo porque para nosotr@s, para nosotr@s… ¡Filosofía eres TÚ!

Consumo responsable, ¡no devores el mundo!

5 marzo, 2011

La semana pasada estuve en Valencia y
aprovechamos para ir a comer a la playa de
la Malvarrosa. Una paella, faltaría más. La
paella contenía arroz proveniente de
Indonesia, camarones de Ecuador y la India,
calamares de Argentina, pollo alimentado
con maíz brasileño, conejo alimentado con
soja boliviana, verduras de Marruecos,
espárragos de Perú y Chile y todo eso con
cariño y a fuego lento… con gas que nos
llega desde Argelia. Para terminar, un café
ugandés con azúcar dominicano y en el
centro de la mesa unas flores colombianas.
¿Nos estamos comiendo el mundo? Fragmento de: Ferrán García – Nos comemos el mundo: Deuda Ecológica y soberanía alimentaria. (Si a alguien le interesa el artículo, escribame y les envio la revista versión electronica en que fue publicado.)

Vivimos en una sociedad consumista por excelencia. En eso nos han convertido los dueños del mundo. Vivimos esclavizados por el dinero, la propaganda, publicidad y de un monton de artículos inservibles, innecesarios para tener una vida digna. Desgraciadamente, casi nadie hace consciencia de que, hacer compras no es una actividad inofensiva. Cuando nosotros adquirimos un artículo en venta, generalmente no pensamos en toda la cadena de esfuerzos que se requirieron para que ese producto pudiera estar ahí, listo para nuestro consumo.

Sería una buena actividad que, cuando creemos necesitar comprar algo, antes de hacerlo hicieramos una refelxión. Primeramente, si realmente necesitamos tal producto, o si en realidad sólo es un capricho nuestro por ser la novedad o por el hecho de que «nos ayudará» a vernos mejor. Si se decide que realmente se necesita, pues aveces no queda de otra, pero sé que la mayoría de las veces, esa necesidad no es real y entonces, podemos prescindir de ello.

También hay que reflexionar lo que ya mencione antes, en toda la cadena por la que ese producto ha tenido que pasar para estar ahí. Seguramente para su fabricación se requirieron materias primas que algún jornalero debió obtener de la naturaleza. Pensemos también en la fábrica, donde otro jornalero más debió ensamblar el rpoducto. Y por qué no, pensemos también en el dueño de la empresa, que está tranquilamente sentado en un gran sofá, disfrutando de las ganancias obtenidas a base del trabajo de los trabajadores y de la ignorancia del consumidor.

Muy fácilmente alguien podría refutar esto argumentando que, si dejamos de consumir, esos jornaleros que menciono podrían perder el único sustento que tienen para sobrevivir. Bueno, para empezar, normalmente las grandes empresas multinacionales, emplean a sus jornaleros bajo condiciones miserables de trabajo, con largas jornadas de trabajo, por un salario de miseria que ni siquiera cubre todas sus necesidades, expuestos a sustancias tóxicas y a accidentes laborales y con  prohibiciones a la organización sindical. Por otro lado, al destinatario final, ya nos nos miran como seres humanos, sino como simples consumidores.

Ahora, estas empresas invaden territorios ricos en recursos naturales y «emplean» a los pobladores, que anteriormente, ya vivían ahí y tenían otro tipo de actividades; pero ahora, como la multinacional ha adquirido todo, no les queda más que trabajar para ellos. Han sido invadidos y les han arrebatado sus tierras por un precio muy bajo equiparandolas con las ganancias que se obtendrán.

Leí apenas en RIUS (En la trukulenta historioa del capitalismo), un ejemplo para darnos cuenta de la ganancia capitalista, más o menos era así: Un jonalero es empleado para fabricar zapatos y le pagan por jornada, no por la cantidad de zapatos fabricados. Su sueldo es de $100 la jornada de 8 horas. En esa jornada fabrica 5 pares de zapatos. Cada par, la empresa lo venderá a $100. Es decir, la ganancia es de $500, menos los 100 del jornalero, $400. Menos los impuestos y no sé que tantas estupideces más, a la empresa le venían quedando algo así de $250. Y ahora, supongamos que la empresa tiene 100 jornaleros trabajando. Es decir, multipliquemos 250*100. Sí, la ganancia del empresario será de $25,000, al día, sin moverse de su cómodo sofá, minetras que cada uno de los jornaleros recibirá un salario de $100. (bueno, no recuerdo con exactitud el ejemplo, pero así era más o menos y creo que se entiende la idea).

Es decir, al consumir irresponsablemente, estamos fomentando este maldito sistema de explotación. Que muchas personas (incluidos niños), pasen el resto de sus vidas sometidos a unas cadenas invisibles, pero aún así, pesadas y dolorosas. Estamos ayudando a que los dueños del mundo incrementen cada vez más sus riquezas y con eso, su poder y control. ¡Ya basta de ser sus borregos!

¿Cómo ser un consumidor responsable?

Pon atención en dónde y cómo gastas tu dinero. ¿Tu dinero va a apoyar a compañías a las que no les importas? ¿Están estas compañías destruyendo el medio ambiente, matando animales, tratando como mierda a la gente que trabaja para ellas? ¿Están intentando por todos los medios venderte un producto que te provoca cáncer? ¿Está su publicidad diseñada para manipularte, hacerte sentir insegura o para hacer que sus productos parezcan más de lo que realmente son? ¡No necesitas dar a esas cabronas tu dinero! De la misma forma, ¿compras muchas cosas que realmente no necesitas? Refrescos y comida basura, por ejemplo. ¿Acabas gastando mucho dinero cada vez que quieres divertirte y relajarte? Hay miles de cosas que tú y tus amig@s podéis hacer que son divertidas, creativas, y que no cuestan dinero. En cuanto experimentes un poco, te darás cuenta de que disfrutas mucho más de la vida cuando no estás pagando continuamente por todo. Este frangmento lo obtuve de: Guerrilla Latina


Pensemoslo bien antes de comprar ese producto que tanto anhelamos, quizas alguien al otro lado del mundo se está muriendo por obtener los recursos para la fabricación de tu capricho. Probablemente, alguien sufrió un accidente laborar en la fabrica en donde se ensambló ese producto (y sin tener derecho a justicia, simplemente fue despedido porque ya no es útil para el trabajo). En la menos peor de las situaciones, tal vez simplemente estás apoyando a los más poderosos y ricos que sigan incrementando su poder y riqueza a costa de la esclavitud de las personas que no les queda otra opción más que someterse a los peligros del mercado laboral para poder sobrevivir, y esclavizandote a ti mismo consumiendo lo que realmente no necesitas.